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jueves, octubre 10, 2013

Partidos políticos, cultura política y democracia



La cultura política mexicana se ha nutrido básicamente por el autoritarismo y centralismo del partido de Estado representado por el PRI; sin embargo, los tiempos presentes se encuentran caracterizados por un reclamo democrático de la sociedad que paulatinamente ha influido en las transformaciones del sistema político mexicano, haciéndolo más plural y abierto a las posturas políticas opuestas a la hegemonía de un solo partido.
La ciudadanía mexicana, incluso, ha llegado a ser más radical que muchos de los integrantes de los partidos políticos y se niegan a que éstos los utilicen como objeto de negociación. Por el contrario, pide ser consultada y exige claridad democrática. En este sentido, parece ser que las instituciones políticas son rebasadas por su clientela electoral y no es complicado suponer que su escepticismo y desconfianza por aquéllas se incremente paulatinamente. No es raro suponer que el voto diferenciado que en las últimas elecciones se ha puesto de manifiesto, indique que los electores ya no votan por los partidos sino por el que consideran es el mejor candidato.
Entre los ciudadanos hay una gran desconfianza hacia el poder de cualquier tipo, pues se le considera proclive a la corrupción y el abuso. Fuera de cierta confianza que se entrega a ciertas figuras políticas, los aparatos de poder son vistos con malos ojos, si bien aún hay sectores que aspiran a encontrar líderes capaces de ofrecerles alternativas, esta tendencia llega a convertirse en motivo de control político y manipulación electoral.
En México los partidos han dejado de ser instrumentos de formación y de decisiones políticas, lo que ha provocado un debilitamiento de la democracia. Los partidos y sus líderes, han estado destinados al fracaso y a su extinción porque se han concebido a sí mismos por encima de sus electores e insisten en servirse de ellos.
No extraña que el debate por la democracia conjugue el conflicto, el compromiso y el consenso. La democracia en México además de participación implica salvaguardar la creatividad de los grupos. Ante la exclusión e injusticia, el reclamo es por la democracia y un poder no sólo desde abajo, sino de los da abajo y, también,  para los de abajo.
Actualmente, los ciudadanos han percibido la necesidad de democratizar no sólo el poder político, sino todo el Estado.
Contra el concepto de ciudadanía abstracta y contra la desciudadanización que ha tratado de imponer el propio poder político, se ha estado fincando una nueva cultura política que tiene como imperativo ir fraguando conciencia en otros ciudadanos.
Más allá de la crisis de los partidos, éstos siguen siendo necesarios. Para superar esa crisis y ser vehículos de tiempos mejores, deberán abrirse a estos nuevos impulsos de una nueva cultura política que parece estar emergiendo entre los mexicanos.
Así andamos ahora.
Tres Comentarios al Margen
1.- Los ayuntamientos de Colima están en serios problemas económicos, pero esto no es novedad, porque así han estado desde que llegaron. Algunos metieron orden y disciplina al gasto y ahora pueden decir que han ido resolviendo los problemas de adeudos institucionales que se tenían y muchos otros que fueron encontrando conforme transcurrían los primeros 30 días de gobierno.  Hoy, el ayuntamiento de Colima, por citar un caso, dice que prácticamente ya pagó la deuda con el SAT que le dejó la anterior administración y que ello le permitirá pagar otros adeudos pendientes aún. Lo interesante es que en varios ayuntamientos han puesto en práctica diversas acciones para disminuir el gasto, en la medida de lo posible, y poder abonarle lo más que puedan al cúmulo de deudas recibidas. Manzanillo, Tecomán, Villa de Alvarez y Colima, son los más dañados, en apariencia, por el monto absoluto de sus deudas, pero los otros municipios también tienen problemas y tal vez más graves, porque los pocos recursos disponibles, o casi nulos, ahogan la operación del ayuntamiento y la prestación de los servicios públicos fundamentales.
En esas andan los presidentes municipales, pero el próximo año se espera que puedan resolver en parte estos graves problemas económicos.
2.- Me parece bien que Colima tenga 21 diputados locales: 14 de mayoría y siete de representación proporcional. En otras palabras, habría que quitar dos diputados de mayoría relativa y dos plurinominales. Uno en el municipio de Tecomán y el otro en el de Villa de Alvarez. De igual manera, Minatitlán e Ixtlahuacán podrían formar parte de los distritos de Manzanillo y Tecomán, respectivamente. En el caso de Tecomán, se harían tres distritos donde ahora hay cuatro, pues Armería e Ixtlahuacán y los dos de Tecomán, pasarían a integrar tres distritos, lo mismo que ocurriría con los tres que hay en Manzanillo y el de Minatitlán, en vez de cuatro, serían sólo tres distritos de mayoría relativa.
3.- Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón. Jorge Luis Borges
Twitter: @macosta68



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