Hoy rinde su séptimo informe, el tercero de su segundo periodo, el rector de la Universidad de Colima, Miguel Angel Aguayo López. Como suele ocurrir, es un acto académico devenido en político por la calidad y la cantidad de miembros de la clase política colimenses que acuden.
En un entorno nacional e internacional delicado en materia económica, la universidad pública se debate entre la vida y la muerte. Un gobierno federal panista que ha insistido en recortar los recursos para la educación superior y con un crecimiento negativo de la economía del país, gracias al desempeño de Felipe Calderón Hinojosa, FECALHIN, y sus colaboradores.
La Universidad de Colima ha sufrido diversos embates, desde el gobierno federal y desde algunas oficinas del gobierno estatal pasado, sobre todo al dejarle de entregar de manera oportuna los recursos que le corresponden y que requiere para el mejor cumplimiento de sus objetivos.
En el ámbito académico, la de Colima es una universidad creciente. Algo que debemos tener presente siempre es que universidad es investigación y docencia, pero también es difusión de la cultura.
En este sentido, la Universidad de Colima ha caminado bien durante estos siete años. Hay nuevas exigencias para ser académico de la universidad, porque la docencia debe hallarse al día. Pasó el tiempo de la inmovilidad de los planes y programas de estudio. El desarrollo se acelera, se precipita, abruma. De la misma manera debe marchar la docencia. Y así marcha.
La Universidad de Colima viaja hacia el futuro plantada en un buen presente, con ciertas limitaciones económicas, pero mejor pertrechada que antes, tanto en lo académico como en el ámbito de la investigación y difusión de la cultura, la ciencia y las artes.
Pero, como es bien sabido, todo viaje fundamental implica, exige, supone, un conjunto de pensamientos, una teoría, que nos permite fijar el destino y explicar y justificar el itinerario. No hacerlo así es navegar a tumbos, andar a ciegas; es permitir a los apremios o a las contingencias, tomar, por la fuerza o el azar, decisiones cuyos sustentos deben ser la convicción y la razón.
¿Qué sería de un viaje por la vida sin una teoría sobre la vida misma? ¿Qué de un gobierno del Estado sin una teoría del Estado? De igual forma se está obligado a proceder en la universidad.
Hay vientos de fronda que acechan a la nave universitaria. Hay quienes están dispuestos a apostarlo todo, a perderlo todo, con tal de hacer naufragar a la nave universitaria.
Por lo pronto, la Universidad de Colima se encuentra en el centro de una asediada fortaleza: la educación pública superior, cuya rendición se reclama desde adentro y desde afuera.
Adentro la demagogia y la mediocridad acechan. Afuera conspiran los eternos promotores de un nuevo proyecto para nuestro país.
Es tiempo de vigilia, para evitar que la universidad sea tomada por sorpresa, por descuido o por abandono de las tareas fundamentales.
La Universidad de Colima es patrimonio de todos, por eso debe ser resguardada de los vientos de fronda y de los acechantes que aguardan su caída.
Es responsabilidad del rector Miguel Angel Aguayo, conducir a la nave universitaria por las procelosas aguas que le tocó navegar y dejarla surta en puerto seguro.
Así lo esperamos los colimenses.
Tres Comentarios al Margen
1. Tres secretarios son, en mi opinión, los mejores que tiene el gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno: Rubén, Pérez Anguiano, quien fue ratificado en su responsabilidad como Secretario de Cultura, Federico Rangel Lozano, quien debió dejar la diputación del tercer distrito electoral local para ocupar la titularidad de la Secretaría de Educación y Fernando Morán Rodríguez, que al llegar a la Secretaría de Turismo, donde ya había trabajado, recibió el rechazo de varios de los empresarios del ramo.
Los tres han hecho un destacado papel, de los tres, dos de ellos han sido propuestos por su partido, el PRI, para una posición electoral. De los tres, Morán Rodríguez es quien ha bailado con la más fea, como suele decirse.
De los tres, es el más importante porque es la única que produce ingresos al estado y que tiene una función vital en la economía de un sector fundamental para Colima: el turístico.
En primer término, más allá del rechazo inicial de algunos de los inversionistas del sector privado, están todas las dificultades para volver a conectar a Colima con cruceros, vuelos y rutas turísticas e general.
De los tres secretarios, Morán Rodríguez es el del estilo más bronco, más directo, más rudo. Jugador de futbol, va directo al asunto y no utiliza la técnica de la crinolina para tratar los asuntos, es decir, no le da rodeos a las cosas sin tocar el centro, sino que se apunta directo a donde quiere llegar.
Fernando Morán ha hecho un buen trabajo en el sector turístico y una prueba de ello son las expresiones de los actores protagónicos del sector, quienes ahora reconocer el trabajo y la labor en beneficio del sector que ha hecho el porteño.
Los tres son personas de bien, inteligentes, con resultados exitosos en sus responsabilidades públicas. Bien por ellos y bien por Colima.
2. Según fui informado, Enrique peña Nieto estará en el segundo informe de gobierno de Mario Anguiano Moreno. Ya fue hecha la confirmación con el equipo del para entonces ya candidato del PRI a la presidencia de la república. Por la mañana estará en Veracruz en su primer acto de campaña como candidato en la contienda interna del PRI.
3. Más de una vez me siento expulsado y con ganas/de volver al exilio que me expulsa/
y entonces me parece que ya no pertenezco/a ningún sitio, a nadie./¿Será en indicio de que nunca más/podré no ser un exiliado?/¿Qué aquí o allá o en cualquier parte/siempre habrá alguien que vigile y piense,/éste a qué viene?/Y vengo sin embargo tal vez a compartir cansancio y vértigo/desamparo y querencia/también a recibir mi cuota de rencores/mi reflexiva comisión de amor/en verdad a qué vengo/no lo sé con certeza/pero vengo. Pero vengo. Mario Benedetti
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