Muchos aún no se reponen de la sorpresa. Tras el brevísimo discurso del presidente del CEN del PRI, Humberto Moreira, el levantón del poderosísimo coordinador de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones, causó expectación y asombro. El silencio imperó en ese momento en el salón donde se desarrollaba el acto y más de alguno se preguntó por qué abandonaba Beltrones la sesión de consejo político convocado para aprobar el método mediante el cual se elegirá al candidato de ese partido a la presidencia de república.
Sus pasos rápidos, seguros; su mirada al frente, el gesto relajado pero serio, impresionó a muchos más. Parecía el fin de las ilusiones y esperanzas de muchos, pero mayor fue su sorpresa cuando Manlio se dirigió a la primera fila frente al presídium, justo donde estaba sentado Enrique Peña Nieto, a quien levantó y dio un abrazo y un apretón de manos que dejó a muchos casi mudos, aunque luego reaccionaron de la forma previsible: con el grito de ¡¡¡unidad!!, ¡¡¡unidad!!, que llenó el auditorio y produjo escalofrío a más de uno.
Ese breve gesto dijo mucho más que miles de fotografías y discursos. Fue un momento donde los dos políticos más prominentes del PRI en estos momentos, los que han polarizado a los priistas y no priistas, los que son usados por los medios para llenar espacios en radio, televisión y medios impresos y en línea, como es el caso, los que son los más conocidos en el país y en el extranjero en estos momentos, mostraron a los priistas que los actos de civilidad deben ser parte de la normalidad democrática y no excepciones.
El destino del PRI está en las manos de millones de mexicanos, pero también de sus actores principales. Mayor es su responsabilidad y por ello deben responder esta pregunta: ¿hacia dónde pretenden llevar esta nave? No es algo sencillo de responder, porque quien quiera hacerlo debe precisar rumbo y destino de la nave. No es tarea sencilla, pues se requiere capacidad, valor y talento para cumplirla con éxito.
Por eso circulan dos nombres. Cada uno llena la imaginación, el corazón y la inteligencia de un grupo de priistas. No importa quién quiera ser el candidato a presidente de la república, sino, lo más importante, necesitamos saber para qué quiere serlo, qué proyecto de nación tiene, hacia qué horizonte. Lo necesitamos para saber si sus propuestas coinciden con las nuestras o si son mejores.
La pregunta importante es para qué quieren ser presidentes de México, no por qué quieren serlo. Eso es lo que cuenta: ¿para qué? Los priistas necesitan saber a qué dedicarán el poder anhelado y en qué invertirán el apoyo solicitado. Así sabrán qué quieren ellos, qué proponen y dónde desean llegar y a qué le tiran el resto de los priistas y de los mexicanos.
Seamos claros: el pueblo mexicano se encuentra atrapado en la crisis más grave de su historia moderna en lo económico, en la salud, la educación, la economía, el empleo, la seguridad y la integridad nacional y exige, requiere y necesita soluciones suficientes y oportunas, es decir, soluciones de fondo. El pueblo está harto de ponencias y discursos y sobre todo, de ser ignorado.
Es cierto, están a la vista las próximas elecciones, pero también lo están las próximas generaciones. No caigamos en la trampa de buscar ganar aquéllas a riesgo de perder éstas. De ocurrir eso, estaríamos en riesgo de perder la República misma.
La única forma de ganar en ambos casos hacer es volver a lo básico: escuchar, atender y apoyar lo que el pueblo exige. Eso que parece tan sencillo se ha vuelto complicado porque nos acostumbramos a decirle a la gente lo que nos interesa decir, lo que creemos que la gente quiere escuchar, cambiamos al diálogo por la mercadotecnia, a la interacción cotidiana por el discurso apelmazado y adocenado.
Por eso es tan importante para los priistas saber de dónde vienen, en dónde se hallan y a dónde pretende ir.
Una vez que encuentren respuesta a estas preguntas, podrán empezar a andar el camino de regreso a Itaca.
Tres Comentarios al Margen
1. Se queja, con razón, el dirigente estatal del PRI en Colima, Martín Flores Castañeda, de la evidente parcialidad de dos de las consejeras ciudadanas del IFE e Colima. Una de ellas es la archiconocida Ruiz Visfocri, quien en diciembre de 2003 dio una muestra clara y rotunda de su objetividad y apego a las leyes y normas vigentes en materia electoral al pretender anular el 20 por ciento de las casillas instaladas en el municipio de Tecomán y con ello anular la elección en TODO el municipio iguanero, en TODO. Su cinismo y descaro no tuvo límites, al pretender hacer ganar en la mesa de la forma más ilegal posible al candidato del PAN, Toñito Morales de la Peña. La elección de gobernador es una elección estatal, no municipal y para anularla, se debe anular el 20 por ciento de todas las casillas instaladas en la entidad. Pero ella buscó la manera de anular la gran diferencia de votos que Gustavo Vázquez había obtenido en Tecomán, más de 10 mil, para así revertir el resultado.
Una huizachada enorme y una cachaza del mismo tamaño la de esta neo consejera electoral del IFE en Colima. La desconfianza es absoluta y hay razones concretas, probadas y probables en cualquier tribunal para mostrar que su nombramiento es un escarnio para la garantía de limpieza en los procesos electorales por venir.
Día de delo para democracia en Colima es el nombramiento dela señora Ruiz Visfocri en el IFE. Los hechos hablan.
2. En Michoacán todo apunta a una reñida final en la que el PRI tiene una gran probabilidad de obtener el triunfo en la gubernatura. La candidata del PAN ha caído estrepitosamente y sólo los enormes recursos invertidos en la campaña mediática la mantienen en la batalla, pero ya el candidato del PRD dijo que la COCOA debe declinar en su favor para evitar que el PRI gane Michoacán.
Esta declaración confirma que ambos, PAN y PRD, ven al PRI como seguro ganador.
3. Los ingenuos siguen creyendo en la magia electoral; los cínicos practican magistralmente el arte de la intimidación. Jesús Silva Herzog Márquez
Twitter: @macosta68
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