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jueves, septiembre 18, 2008

Connivencia y Permisividad, Males de la Sociedad Actual

El atentado criminal de Morelia ha despertado a los tiranos que todos los políticos mexicanos llevan dentro. Más de un estúpido comunicador ha insistido en el asunto de que es necesario limitar, reducir, o como quiera llamársele, las libertades de tránsito y expresión, con la muy estúpida idea de que ello permitiría fortalecer la lucha contra la delincuencia.

Por supuesto, hay quienes coincidimos en que cualquier límite que pongamos a cualquiera o cualesquiera de las libertades y derechos consagrados en la Constitución, será el mayor error que podamos cometer como mexicanos. En aras de una supuesta eficiencia -o peor aún, eficacia- vamos a entregarnos a una tiranía absoluta y ya hay muchos ejemplos de lo que México ha sido en épocas de tiranía.

Es cierto, el gobierno ha fallado en la manera como ha conducido la guerra contra el narcotráfico y, en general, los asuntos relacionados con la seguridad nacional. Los resultados lo prueban y el escalamiento de la violencia es una prueba de la inoperancia del gobierno en este tema.

Sin embargo, resulta necesario recalcar que, no por el hecho de que estemos en desacuerdo con que nuestras libertades y derechos constitucionales sean reprimidos o restringidos, o porque critiquemos la manera como ha conducido el gobierno federal la lucha contra la delincuencia, deseamos que el gobierno cese esta lucha. No. Lo que deseamos en que sea conducida de manera inteligente. ¿Es mucho pedir?

Es cierto, la manera en que las sociedades se van “acostumbrando” a los actos delictivos tienen mucho que ver. La mayoría deseamos tener paz y tranquilidad, pero es obvio que, hoy, eso tiene un alto costo.

Un amigo recién comentó una experiencia vivida en Culiacán que, desde mi punto de vista, explica claramente por qué han ganado tanto espacio los narcotraficantes. Por supuesto, ésta es sólo una de las muchas razones.

Bien, mi amigo me comentó que una tras una fiesta familiar en Culiacán, terminada alrededor de las dos de la mañana, fue llevado por un amigo al hotel donde estaba hospedado, por el rumbo del malecón, me dijo.

Al llegar a un semáforo, ellos quedaron detrás de una pick up y a la izquierda de ese vehículo estaba un hummer. De pronto, de la pick up se bajó el conductor y se puso a platicar con el chofer del hummer. La conversación duró más de 25 minutos y la columna ya era larguísima, ¿y sabe usted cuántos bocinazos o gritos lanzaron los conductores de los vehículos atorados? Si usted dijo que ninguno, tuvo toda la razón. La gente esperó pacientemente a que el chofer d ela pick up se dignara a subirse a su vehículo y arrancara. ¡Nadie dijo nada! ¡Nadie se quejó!

Por supuesto, no eran vehículos oficiales, sino particulares los que estuvieron deteniendo la circulación. Tampoco llegó ninguna patrulla de la policía o de vialidad a pedir a los conductores que dejaran de obstruir la circulación. Nadie fue capaz de decirles nada o de hacer algo para que se movieran del lugar donde estaban.

¿Sabe usted cuándo ocurrió ese hecho? Hace dos semanas.

Mi amigo, sorprendido por la tranquilidad casi franciscana de todos los participantes involuntarios en ese “embotellamiento”, le preguntó a su amigo por qué no tocaba la bocina, por lo menos y la respuesta que recibió fue honesta, concreta y contundente: ¡No estoy loco y quiero seguir viviendo!

Lo mismo hacían los judíos, los gitanos, los socialistas y los homosexuales en la Alemania hitleriana. Lo mismo hacían: vivir bajo las leyes del terror, tratando de pasar desapercibidos. La historia nos dice que fueron más de seis millones de judíos los sacrificados, la mayoría mansamente, por los nazis. Añada usted a los gitanos, socialistas, comunistas y homosexuales y tendrá una idea de cuántas personas sacrificaron Hitler y sus seguidores.

Pero la sociedad se volvió permisiva. Ese fue el problema y ese es el problema que hoy tenemos: un gobierno ineficiente y una sociedad devenida en permisiva, por comodidad o temor, eso no lo sé.

Así estamos y no ve que el asunto mejore.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. El cambio de fecha de su informe le permitirá al gobernador Silverio Cavazos mantener más fácilmente el control sobre los aspirantes a las candidaturas para los cargos de elección popular que estarán en disputa el próximo año.

La presión se desatará en los primeros días de enero y, seguramente, veremos a la mayoría de los aspirantes priístas moverse con cualquier pretexto.

Me parece que, más allá de las consideraciones de carácter financiero, contable y de ejercicio presupuestal, están las referidas al ámbito político que, al final de cuentas, son las que, para la mayoría que conozco, subyacen en la decisión tomada.

Me parece bien que el gobernador mantenga el control del proceso de selección de candidatos de partido. Es el líder en el estado de los priístas y una conducción cuidadosa y aseada de ese proceso puede ser una diferencia importante a la hora de las decisiones finales.

En este sentido, el cambio fortalece políticamente al gobernador del estado.

2. En materia de informes, Virgilio Mendoza les ganó la baza a sus compañeros alcaldes de los otros nueve municipios. El hecho de entregar el informe en una ceremonia austera, pero formal y republicana, demuestra que tiene capacidad para moverse para donde apunta el viento.

Los vientos de hoy tienden a la democratización del ejercicio del poder y de la conclusión de las ceremonias llenas de boato y loas tan innecesarias como aburridas. Los planteamientos de los regidores de oposición, en el mejor de los casos, sólo eran parte de la parafernalia propia de esa jornada.

Sin embargo, el hecho de que también se diga que el alcalde va a recorrer su municipio para informar a las diferentes comunidades lo hecho en ellas durante el último año de gobierno, demuestra también que aprovechará el viaje para promoverse sin que nadie pueda hacerle ningún señalamiento de estar violando las leyes electorales que nos rigen.

Ojalá el próximo año todos los alcaldes actúen de manera similar.

3. Estamos especializados en una armoniosa repetición del desastre y la estupidez. Terenci Moix

macosta68@gmail.com

macosta68@hotmail.com

http:www.agendapolitica.blogspot.com

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