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jueves, noviembre 01, 2007

El PRI y su Laberinto

Las comparecencias de los secretarios de despacho del gobierno del estado, básicamente no sirvieron para nada útil a la sociedad. No hubo mayor información, no hubo un debate franco y abierto. Hubo, sí, intercambio de adjetivos, en algunos casos, uso de la pasarela para quienes aspiran a ocupar un cargo de elección popular y tres días más del “Día del Gobernador”, todo con cargo a la sociedad, que debió soportar estos tres días la paralización del gobierno mismo.

Bien: si no hubo nada ponderable, si fue una oportunidad, como me lo dijo un diputado priísta, de ratificar los logros del gobierno estatal, entonces, lo mejor que podemos hacer es tratar de corregir el camino y darle pa’delante.

De los que secretarios que aprovecharon la comparecencia, Carlos Cruz, desde mi punto de vista, fue quien mejor supo aprovechar su momento. Se notó que es un político que sabe sortear este tipo de responsabilidades y que estaba plenamente consciente de cuál debía ser su papel y de que ésta era una oportunidad que debía aprovechar al máximo para tratar de proyectar una imagen ante la sociedad colimense que le permita mejorar la que tiene actualmente.

Este es el año decisivo para todos los políticos, de todos los partidos, que deseen obtener la candidatura al gobierno del estado. Como ya lo dije antes, no importa quién esté en la delantera en este momento, pues lo que realmente importa es quién esté en la delantera en febrero de 2009 y quién, además de estar en la delantera, tenga probabilidades de ganar la elección constitucional.

Para el PRI el asunto resultará realmente complicado, sobre todo porque primero deberá arreglar las diferencias internas que ahora son su principal característica. El método de elección deberá ser uno de los puntos sobre el que los priístas deberían debatir amplia y libérrimamente. Hay quienes le apuestan a mantener la costumbre faraónica del “dedazo”, como la única manera de garantizar la división entre los priistas. Hay quienes dicen que nada puede hacerse para evitar la división si se lleva a cabo un proceso interno.

En apariencia son dos posiciones encontradas, pero lo que verdaderamente importa es cómo se va a legitimar a quien será el candidato a gobernador por el PRI. Esa es la cuestión.

Hay una obviedad que debe ser rescatada: el proceso de selección más importante es el del PRI, porque de la forma en que sea resuelto, dependerá la cantidad y la calidad de militantes y “cuadros” priístas que abandonen el barco y busquen subirse a los de la oposición, el PAN, fundamentalmente.

A sotto voce se ha dicho que Mario Anguiano Moreno, el alcalde de Colima, podría dejar al PRI e irse al PRD, en caso de que no fuera nominado como candidato a gobernador. Es algo que muchos políticos me han comentado y también lo han hecho miembros del primer círculo del alcalde, aunque debo aclarar que hay dentro de ese círculo quienes dicen que eso no ocurriría, pues Mario Anguiano no se iría al PRD…sino al PAN, aunque esta última situación no la veo tan probable, pues en ese partido tiene cuadros de sobra y MAM no es, ni con mucho, un líder, un hombre carismático, que haga cimbrar a los militantes y a sus simpatizantes. No lo ha sido hasta hoy y no se ve cómo podría convertirse en algo así en menos de un año. MAM no aportaría mucho al PAN y se ve difícil, sobre todo por los tiempos, que el PAN estuviera al pendiente de si Mario Anguiano es o no es postulado por el PRI como su candidato a la gubernatura.

Por eso, creo que MAM deberá aprovechar los nueve próximos meses para construir su candidatura, a sabiendas de que gente como Carlos Cruz Mendoza pueden recorrer todos y cada uno de los poblados que existen en el estado y lo puede hacer hasta dos veces en ese tiempo, pues puede hacerlo solo, primero, y luego hacerlo acompañado, por ejemplo, del secretario de salud para promover la campaña conjunta a favor de una alimentación sana, de la descacharrización, por una mejor visión, etc, etc, etc.

Por otra parte, Mario Anguiano no puede decir que cuente con el respaldo de los líderes formales de los sectores o de las organizaciones del Partido. Tampoco puede decirse que está convertido, o podría convertirse, en el líder de los presidentes municipales priístas, pues allí cada uno juega sus propias cartas y su propio juego y lo hacen directamente con el gobernador.

Los liderazgos se construyen a partir de que se reconoce en alguien la capacidad de gestión, de solución de problemas, de capacidad para enfrentar con éxito situaciones difíciles y complicadas. No se requiere ser un gran orador o un demagogo, en el peor sentido del término. Al día de hoy, no hay un solo presidente municipal que recurra a Mario Anguiano para hacer gestiones ante las dependencias estatales o federales. Eso es un hecho. Mario es uno más entre los siete alcaldes priístas que tiene Colima.

Por estas razones, creo que el único que realmente ganó en esta semana fue le secretario de Educación, Carlos Cruz Mendoza. Sin embargo, eso no significa que ya esté hecho todo, pues aún MAM es el priista mejor posicionado en este momento. Reitero: en este momento, pero la designación habrá de hacerse en 17 meses.

“La suerte ya está echada….”, como canta MAM, cuando interpreta “Corazón maldito”.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. “No es sano que más priístas abandonen, decepcionados y hostilizados, las filas del Partido, sea que prescindan de toda actividad partidista, sea que busquen en otros grupos políticos las soluciones que ya no encuentran en el nuestro, que es también el suyo.

No es saludable que un número creciente de militantes derive hacia las "orillas" del Partido, en las que se están concentrando priístas cuyo talento y esfuerzo se requieren en el centro de los acontecimientos.

No es sano que muchos priístas se abstengan de plantear en público lo que todos planteamos en privado. No es sano que millares de militantes queden a la expectativa, en espera de lo que ocurra, sin labrar ellos mismos lo que deba suceder para el bien del Partido y de la nación con la que ese Partido ha tenido y debe tener un irrevocable compromiso.

No es sano amenazar con la expulsión o la exclusión a quienes públicamente expresan sus disensos sobre la conducción del gobierno o del Partido. A nada bueno nos conducen y sólo exacerban los ánimos y propician más problemas.

Reconozcámoslo: El PRI, por insistir en estas prácticas lacerantes y excluyentes, ha propiciado que de su vientre salgan los millones y millones que hoy son nuestros exaltados adversarios y acérrimos enemigos desde otras trincheras partidistas. No repitamos la historia.

Es saludable que en esta etapa de la vida política del país, cuando ya no hay fuerzas hegemónicas, se privilegie el consenso entre todas las corrientes para hallar puntos de entendimiento que permitan la buena marcha del conjunto.

Es saludable que nuestro Partido delibere con los otros para intentar convergencias razonables, salvando sus derechos y dejando que sus interlocutores salven los suyos. Pero entiendo que el diálogo, el análisis, la dialéctica, que ocurren afuera, también deben propiciarse y desarrollarse dentro.

Si aquello es conveniente, esto es indispensable. Lo que es plausible en nuestra relación externa, debe serlo más todavía en nuestro trato interno.

Es necesario, en suma, que el PRI reflexione sobre su circunstancia y su destino. Esa reflexión no puede culminar en deserción o desaliento. No podemos abdicar de los derechos característicos de los militantes políticos.

Hay que ejercer la palabra franca y alta; y con ella, el juicio constructivo; y por ellos, el trabajo fértil y resuelto, a la luz del día. No podemos quedar en silencio y a la expectativa.

Los priístas no podemos recelar de la franca y honrada opinión de nuestros compañeros de partido, y suponer que la diferencia es antagonismo, y la preocupación es codicia.

No hay, no puede haber, organización más democrática que aquella que discute internamente, y con absoluta libertad, sus problemas y sus aspiraciones y con ello, las del pueblo entero.”

2. Me encontré a Hilario Leal Viera, Director de Asuntos Políticos de la Secretaría General de Gobierno, quien me dijo que me había equivocado al afirmar que había sido él quien había escrito el mensaje leído por el gobernador el uno de octubre, con motivo de su cuarto informe de gobierno. Más aún, me dijo que, por fortuna, no son de su autoría los dos mensajes que han causado controversias.

Ante la aclaración hecha, le ofrecí al funcionario estatal una disculpa y le dije que ésta la haría pública en mi siguiente colaboración. Lamento haberle atribuido a Hilario Leal Viera, Director de Asuntos Políticos de la Secretaría General de Gobierno, la autoría de dicho discurso, pero ello no hace variar ni un ápice mi opinión acerca de dicho mensaje.

3. “Si hay algo que me molesta más que no me tomen en serio, es que me tomen demasiado en serio” Billy Wilder

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