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jueves, enero 25, 1990

Salinas, Reanudar Relaciones con el estado Vaticano

El asunto es cada vez mas serio. Ahora fue la comisión de justicia de la Cámara de Senadores la que estudia la posible modificación del artículo 130 constitucional, así como el probable establecimiento de relaciones diplomáticas con el Estado Vaticano. Antes, había sido el director general de gobierno de la Secretaría de Gobernación. Jorge Moreno Collado, quien había declarado que se podrían reanudar las relaciones diplomáticas con El Vaticano sin necesidad de realizar modificaciones a la constitución de la república.
Uno de los miembros de la comisión senatorial, Enrique Luque Feregrino, dijo que se pretende escuchar opiniones de legisladores y de diversos sectores del país para poder asumir una posición que resuma las opiniones de los consultados y, al mismo tiempo, “una posición seria y responsable, ante la posible modificación de las relaciones Iglesia-Estado”.
Amenaza el senador Luque Feregrino con el hecho de que la comisión rinda su informe a fines del mes de febrero, es decir dentro de no más de cinco semanas. No es mucho tiempo, desde luego, mas eso es lo que no tienen los senadores y todos los implicados en este esfuerzo por encontrar el camino para la fecha en que habrá de estar aquí Juan Pablo II. Si se toma en consideración que el jefe de la iglesia católica estará aquí por el mes de mayo, se pueden apreciar mejor las prisas que debe darse el gobierno federal para resolver esta difícil cuestión.
Según el abogado, la posibilidad de establecer relaciones diplomáticas con El Vaticano no riñe en lo absoluto con el texto de nuestra constitución, por lo que, en tanto se trate al Vaticano como a cualquier otro país, no existe ninguna necesidad de realizar reformas al texto constitucional. El problema se da cuando se habla de la posibilidad de reconocer personalidad jurídica a la iglesia católica como agrupación religiosa: entonces, y solo entonces, sería imprescindible la modificación al artículo 130 constitucional, con lo que se otorgará tal reconocimiento a las distintas iglesias existentes en el país.
Así, tenemos dos problemas distintos, el primero de ellos se refiere a la entrada de nuestro país a la modernidad política y, por consiguiente, diplomática, condición para ello, resulta el establecimiento de relaciones con el Estado Vaticano. No se puede, no se debe, rechazar ni desconocer el desarrollo político que en los últimos tiempos ha tenido El Vaticano, sobre todo, desde que es dirigido por Juan Pablo II. La iglesia ha vuelto a ser mediadora en muchos conflictos políticos; elementos de acercamiento entre grupos antagónicos e, incluso, protagonista principal en los cambios ocurridos en los países socialistas, Polonia es, apenas, un ejemplo.
Esto sería, entonces, una necesidad del gobierno salinista para mantenerse en el marco de la modernidad pregonada; una relación moderna y reanudar diplomáticamente con el Estado Vaticano.
Mas los problemas serían grandes y graves si la decisión del gobierno no se limita sólo a esto y va más lejos, tanto como para acceder al reconocimiento jurídico de la iglesia católica y, por supuesto, de todas las demás. Más aún, al reconocimiento de los derechos políticos de los sacerdotes.
Resulta innecesario recordar todas las luchas que se tuvieron y las circunstancias que obligaron a los constituyentes a marginar de la vida política a los sacerdotes de cualquier iglesia.
La decisión es una y está a la vista de todos. El estado mexicano tiene necesidad de establecer relaciones diplomáticas con El Vaticano.
Como dicen algunos liberales; que GADU nos ampare y que esto no se convierta en el Waterloo salinista.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN
Uno. Muy clara fue la afirmación; tres eventos no bastan para hacer un cálculo probabilístico, ni para realizar un estudio estadístico del comportamiento del volcán de Colima. Lo importante es el esfuerzo realizado por diversos países e instituciones para darle continuidad y rigor científico a los estudios sobre el volcán.
Lo cierto es que el próximo año tiembla en Colima, y fuerte.
Dos. Según fue informado a Agenda Política, Esperanza Avalos Leyva rechazó presidir la comisión de información y evaluación del PRI en el segundo distrito. Un acto de dignidad, si tal información es cierta.
Tres. Para vergüenzas no gana uno. Pobre, lamentable la forma en que los congresistas del SNTE se comportaron en Nayarit. Los golpes, los empujones, son, al menos, una prueba de la inmadurez y la nula voluntad democrática de quienes protagonizaron tan bochornoso alboroto.

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