Los candidatos van y vienen por el estado y buscan, sobre todo, dar golpes mediáticos, a falta de propuestas concretas, plausibles, viables, y de una estrategia que busque destacar sus cualidades y las de su equipo, y se han dedicado, casi de tiempo completo, a hacer lo que mejor saben: el ridículo.
Mire usted: en la semana, la señora senadora con licencia y candidata panista a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, cometió varias pifias y hubo necesidad de que diera tremendos reculones públicos. Uno de ellos fue con el asunto del puerto alterno, el de la laguna de Cuyutlán, que durante mucho tiempo ocupó los espacios mediáticos debido a la fuerte pugna y franco enfrentamiento que hubo entre el entonces Secretario de Fomento Económico y hoy candidato por el PRI a alcalde de Colima, Ignacio Peralta Sánchez, y el director general de API y los funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Mucha tinta corrió por ese asunto y jamás se escuchó la vocecita de la señora senadora con licencia y candidata panista a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, para hablar a favor del proyecto o, en su defecto, de intervenir en favor de lo que más convenía a Manzanillo.
En su tiempo, escribí que, contra lo que se manejaba en los medios, ambos proyectos no eran mutuamente excluyentes, es decir, que el crecimiento de la zona norte del puerto actual y el puerto en la laguna de Cuyutlán eran proyectos que podían coexistir, más aún, que era necesario que coexistieran y que el primero, el crecimiento de la zona norte, daría el tiempo suficiente para que el proyecto del puerto alterno pudiera realizarse de la mejor manera posible.
Era cuestión de tiempos: el primero era de inmediato la inversión y el segundo requeriría muchos años para concretarlo.
Por eso, la actual candidata del PAN prefirió el silencio más absoluto al respecto. No fijó una posición en favor de los intereses de Manzanillo, del que en sus discursos, sus “sosos” discursos, suele decir que le interesa tanto.
Ya antes se había metido en broncas con el asunto de los límites, asunto que se lleva única y exclusivamente en el senado, del que ella formaba parte activa. Al respecto también manifestó con absoluta claridad su poca disposición para intervenir en asuntos de interés y beneficios para los colimenses. Cero actividad en favor de la defensa de los límites.
Luego fue su traspiés con el asunto del impuesto sobre la nómina, donde un planteó un asunto que, como le dijeron los empresarios con los que se había reunido, ya estaba vigente desde hacía dos años. Luego trató de excusarse, diciendo que los empresarios no le habían entendido, es decir, actuó como suele hacerlo, cuando viola la ley o se equivoca, siempre, la responsabilidad es de los otros, no de ella. Siempre.
Puras vergüenzas. La verdad. Da pena ajena. Pero la señora ni se inmuta. Ella actúa como dice la canción: “pasa luciendo su real majestad/pasa camina y nos mira sin vernos jamás”.
Lo que la señora senadora con licencia y candidata panista a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, mostró con esos hechos que aquí le he comentado, fue su verdadero rostro. Su rostro duro, que no tiene más interés que el propio, ni nada, nada, que no se atreva a hacer para lograr sus propósitos. Es una persona que no suele dialogar con quienes mantiene disenso sobre algunos temas, sino que busca imponer su voluntad a como de lugar.
Estos son los hechos de su vida pública. Son las huellas que ha ido dejando a su paso por la administración pública y en los cargos de elección popular que ha ocupado.
Por eso, en lo personal, no me sorprende la manera de actuar de la señora senadora con licencia y candidata panista a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado.
Los manzanillenses la conocen muy bien y ahora la conocerán mejor los habitantes de todo el estado.
Se los digo en serio y a tiempo: Martha Sosa en un peligro para Colima. Dígaselo a quienes más confianza les tengan.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Recibí un correo de un lector de Manzanillo. Por razones obvias, me reservo su nombre, pero asiento la mayor parte de sus comentarios: “Comentarte que al igual que tu, tampoco yo quiero que Martha llegue al Gobierno del Estado, por las razones que aduces tu en tus columnas, y muchas otras que algunas personas no saben.”
“Corregirte que el nombre de su Sindico en su tiempo no era Reyes Estrada, si no Estrada Reyes, hijo también de otro gran hombre integrante de la CROM, de los de trabajo rudo. El nombre completo de su síndico es ING. Isidro Estrada Reyes, y esta persona tampoco puede ver ni en pintura a Martha. El sabe muchas cosas de ella, tanto de su administración, como de su vida y actitudes. Estoy seguro segurísimo, que fue Martha la que metió la mano allí para que el PAN no nombrara a Isidro como su candidato a la Presidencia Municipal, y en su lugar asignaron a Gaby Sevilla, otra chica que no pinta para nada, la verdad, que he estado en algunas reuniones informativas y la verdad la encuentro muy torpe para hablar y para opinar sobre cuestiones que le plantean en las colonias, como si fuera una aprendiz de política.”
“Tengo la percepción de que Martha está inflada de más y se siente que va a ser gobernadora. Hay mucha gente despistada que dice va a votar por Martha, desde luego ignorando muchas cosas de ella, conquistadas solamente por su calidad de mártir de Moreno Peña, unos, y otros porque es una mujer.”
“Sus excompañeras de escuela están sumadas, bueno algunas, a la campaña de Nabor y Mario, porque aseguran que Martha, solo las conoce en tiempos de campaña, porque fuera de esos tiempos no se acuerda ni de sus nombres.”
“Bueno hay mucha tela de donde cortar como para darle una exhibida, pero te compete a ti como periodista indagarlo por allí. Isidro Estrada sabe mucho, no sé si sea tu amigo.”.
Hasta aquí lo escrito por este lector de Salagua, Manzanillo.
2. “Pero por encima de todo, el debate es -debe serlo, por supuesto- un diálogo fructífero. En él se enfrentan y se concilian los intereses y las intenciones. Sin embargo, debemos ser cuidadosos, porque el debate no es una sucesión de monólogos, que van cayendo, uno a uno, en el vacío primero y luego en el silencio. No es la expresión de un coro que acompaña el tono mayor de alguna voz. Quienes cantan a coro, no debaten: secundan. Quien domina todas las voces, tampoco debate: resuelve.”
“En la democracia, de la que el debate es un instrumento formidable, la decisión se adopta tras el juego de las opiniones, no antes ni por encima, ni a su pesar.” El 18 de enero de 2005, publiqué esto por primera ocasión.
3. Bienaventurados los que no hablan, porque ellos se entienden. Mariano José de Larra
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