Los políticos suelen ser traicionados por sus palabras y por sus hechos. Unas suelen ir para un lado y los hechos, generalmente, para el lado opuesto. Usted, amable lector, puede conocer a más de un político al que le haya sido probada la manera absurda en que se maneja y de la enorme distancia que pone entre sus dichos y sus hechos.
En el caso que hoy nos ocupa, la candidata por el PAN a presidenta municipal de Manzanillo, Gabriela Sevilla, dijo a un medio local que, de ser necesario, metería las manos al fuego por toda su planilla.
"Sí meto las manos al fuego por todos los que integran la planilla, ya que sí vamos a trabajar durante tres años y si no hay solidez no podemos pretender que vamos a trabajar juntos”.
La candidata dijo que esa expresión es un reconocimiento al trabajo de cada integrante de su equipo, porque ese es un término que han estado sacando y nace de una pregunta que se hace a los lideres nacionales.
“El trabajo que cada quien ha realizado es el principal aval y no hay nadie que este formando parte de esta planilla que haya sido elegido al azar o por alguna amistad, Acción Nacional no se equivocó en elegir esta plantilla”, agregó.
“Todos son personas con una amplia trayectoria que han demostrado una responsabilidad en los cargos que se les han dado y por eso es una planilla ganadora, estamos trabajando todos juntos y diría que si es de una manera coloquial, claro que metería las manos al fuego por todos ellos”.
Por supuesto que la candidata panista mete las manos al fuego por sus compañeros de planilla, pero sólo en el dicho, porque en la realidad, sabe lo que esa gente hace y dice todos los días en contra de ella.
Mire usted, según me fue informado, quienes tienen mayor certidumbre de la derrota electoral que les espera el cinco de julio, son los integrantes de la planilla panista y la prueba es lo ocurrido cuando se reunieron tras la nominación, para ponerse de acuerdo en la manera como trabajarían y, siempre según mi fuente, allí la candidata a presidente municipal les dijo que cada uno de los candidatos a síndico y regidores propietarios tenían que aportar 100 mil pesos para los gastos de la campaña. Ni tardo ni perezoso, uno de quienes quedaron ubicados hasta los últimos lugares de la lista de regidores, contrapropuso que ese dinero lo dieran, nada más, los cuatro primeros de la lista, que al fin de cuentas son los que podrían entrar como regidores plurinominales.
¡Ese es el ánimo de victoria que hay en el equipo panista a la presidencia! Bueno, quizá no es que tengan un ánimo derrotista, sino que, lisa y llanamente, se dan cuenta de que su situación es realmente complicada y ganar no es lo más probable que les pueda ocurrir.
Pero si este ánimo derrotista fuera la única de las preocupaciones de la candidata a presidenta municipal panista, tal vez el asunto tendría solución, pero el problema mayor es que este ánimo, esta actitud es el menor de los problemas, el menor.
Mi fuente asegura que al terminar esa primera reunión de los candidatos a presidente municipal, síndico y regidores, la candidata a síndico les pidió que se quedaran un momento más y de inmediato les dijo que no hicieran caso de lo que la candidata a presidenta municipal había dicho, que allí quienes mandaban eran ellos y se puso a decir cómo y qué harían en la campaña.
No es de sorprender esta situación, sabiendo las enormes pugnas que hay entre las candidatas a presidente municipal y a síndico, que fueron evidentes para los manzanillenses y más porque la lucha entre los diversos grupos existentes al interior del PAN porteño se ha incrementado a partir de las definiciones a diputados locales y al ayuntamiento.
Así que este canibalismo entre los candidatos al ayuntamiento resulta apenas normal. Ya se ha constatado la enorme facilidad que los panistas suelen tener para desbaratar sus mayorías en el cabildo, como ejemplos se tienen los casos de Elías Martínez y Virgilio Mendoza, quienes gracias a sus esfuerzos y habilidades personales, lograron que regidores miembros de su partido votaran contra ellos, debido a las evidentes irregularidades que se pretendían pasar por el cabildo.
Así han empezado las cosas entre los candidatos panistas porteños. Veremos cómo siguen en los próximos 45 días.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Vergonzante lo que acontece con los sindicalizados en Manzanillo. Indignante. Pero esta es una muestra clara de la clase de políticos que pululan en el puerto. Un alcalde, Virgilio Mendoza, a quien poco le importó dejar todo tirado, porque su objetivo no era cumplir sus responsabilidades, sino dejar todo con tal de irse de candidato a diputado federal. Esos son los hechos. Las palabras son lo de menos. Sabemos que hay políticos de palabra y políticos de palabras. Queda claro en cuál categoría se incluyó el alcalde, separado “materialmente” del cargo, Virgilio Mendoza. Pero ese es el estilo panista: culpar a los demás de lo que ellos mismos hacen o dejan de hacer.
2. Sólo se suicidan los optimistas, los optimistas que ya no logran serlo. Los demás, no teniendo ninguna razón para vivir, ¿por qué la tendrían para morir? Emile Ciorán
3. Para qué tanta ceremonia, indirectas,/Puñaladitas bajo cuerda, gasto suntuario,/
Cortina de humo o envoltura contaminante/De una desnuda frase: No puedo verte
O No te soporto. /Es decir, soy ciego/A nuestra humana luz compartida./O bien, no resisto/El peso de otra dolencia errante agregada/A mi invencible pesadumbre. “Manual de Urbanidad”. José Emilio Pacheco.
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