Ya hay cuatro candidatos registrados en el Instituto Electoral del Estado para gobernador. Cuatro. No habrá más. Hubo uno que peleó con las uñas su derecho a ser candidato. Podría no haberlo sido para que la izquierda, esa mítica izquierda prevaleciente más en los discursos que en los hechos, verba non facta, hubiese tenido un solo candidato, pero así son las cosas en la política.
Los candidatos del PRI y del PAN son los que tienen mayores probabilidades de ganar la elección. Nadie más. En el caso del PRD, no hay razones, reitero, objetivas ni subjetivas que permitan establecer algún escenario en que el PRD fuera favorecido por los votos de priístas y panistas que no deseen votar por el candidato de su partido y que tampoco deseen votar por el adversario más fuerte.
En realidad, en términos de capacidad de movilización y de estructuras electorales, ésta es una elección de dos, con el acompañamiento muy marginal de otros dos. Desde mi punto de vista, entre Gabriel Salgado y Alberto Ochoa difícilmente, en mi opinión, lograrán sumar 10 puntos porcentuales de la votación total emitida y este resultado será en el mejor de los casos, por supuesto.
He preguntado a muchas personas, más de 30, y sólo una ha sostenido que Ochoa Manzur será beneficiario directo de la enorme polarización existente entre los candidatos del PRI y del PAN, pero no tiene asidero esta posición y se sostiene sólo mediante el uso reiterado de analogías que, para el caso, sabemos que no son la mejor manera de probar la veracidad de un juicio.
Pero si bien nada es imposible en política y los valores absolutos son meros referentes, la verdad es que ahora cada uno de los municipios es importante, cada sección electoral es trascendente. Ya no se puede menospreciar a Ixtlahuacán o a Minatitlán, porque se vuelven zonas fundamentales para la obtención del la mayoría en el congreso local, por citar sólo un caso.
La batalla será en todos los frentes. De la Culebra a Quesería; de Cerro de Ortega a 26 de Julio. Cada sección electoral y cada casilla será objeto de una disputa no vista antes.
En este momento no tengo referentes para saber cuál de los dos candidatos está al frente en las encuestas, pero ya sabemos que éstas son meras fotografías de un momento determinado y que su valor estratégico está en una excelente lectura e interpretación de los resultados.
Pero si usted se pone a ver antecedentes de lo que han hecho en las ocasiones anteriores en que han competido para este cargo, en el caso del candidato de Convergencia, verá usted que sus planteamientos, sus propuestas, el diseño de su campaña, de su propaganda, ha sido muy deficiente o prácticamente inexistente, por lo que no hay razones para estimar que podrían mejorar su posicionamiento electoral en este proceso.
No hay, tampoco, un asunto de lucha de géneros entre el PAN y el PRI, sobre todo porque algunos podrían argumenta que el PAN otorgó más posiciones a mujeres que el PRI, pues cuatro de diez candidatos a alcaldes serán mujeres. La verdad es que lo hizo para cumplir con el mandato legal, porque al haber designado de manera directa a sus candidatos, estaba obligado a postular, como mínimo, a cuatro de los diez candidatos para un mismo género. Así que fue mero y estricto, ni una más y ni una menos, cumplimiento de la ley.
En fin, más veremos pero ello será a su tiempo.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. La desvergüenza total con el diputado local Pedro Peralta Rivas. No cabe duda: políticos como él son responsables de la falta de credibilidad de las personas en la política y los políticos. Su dicho de que no aceptaría una imposición, aunque ésta fuere en su favor, quedó sólo en palabras al viento. Pa’eso me gustaba.
2. El fin de semana será el primero de los 10 que tendremos llenos de pasión política.
3. ¿Por qué temen tanto a la palabra abierta? Bertolt Brecht
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