El señor presidente municipal de Manzanillo, quien por su cuenta y riesgo se dio de baja de la nómina municipal y se separó “materialmente” del cargo, es decir, simple y llanamente ordenó a sus subalternos darlo de baja de la nómina y dejar de molestarlo con llamadas para notificarle los asuntos relativos a su desempeño como alcalde, aunque, en los hechos, mantenga el control del ayuntamiento.
Mire usted el merequetengue armado por el alcalde separado “materialmente” del cargo: primero, hace ya mucho tiempo, dijo a los regidores de oposición, los famosos “siete magníficos”, eatar dispuesto a aprobar la realización de tales y cuales obras para el presupuesto 2009, siempre y cuando ellos, a su vez, firmaran un documento donde se comprometieran a otorgar la licencia al alcalde cuando éste la solicitare.
El alcalde no se avergonzó al hacer tal propuesta, ni la hizo en lo oscurito; por el contrario, se ufanó de ella, como si hubiera sido “la madre de todas las ideas”. Total, allí empezó el camino del deshonor.
Luego, inició la serie de sesiones donde se proponía la inclusión del tema de la licencia para el alcalde y “los siete magníficos” no permitían que el punto fuera incluido en la orden del día. El alcalde recurrió al tribunal electoral del poder judicial de la federación, pero desesperado porque la fecha fatal para la separación del cargo llegaba y el tribunal no resolvía, empezaron sus sudores y temores a hacer estrago en su enfebrecida mente.
El tribunal, finalmente, ordenó al cabildo a que sesionara e incluyera el punto de la licencia y lo votara, en cualquier asentido, pero que se tomara una determinación al respecto. Con argucias huizacheras, el alcalde informó al tribunal que los “siete magníficos” se habían negado a acudir a la convocatoria para la reunión de cabildos y que, en consecuencia, su mandato no se había cumplido.
El tribunal urgió a los regidores a reunirse en un plazo perentorio y el cabildo acordó, por mayoría, negar la licencia solicitada. Tras esta decisión del cabildo y con el plazo, tres de abril, cada día más cerca, el presidente municipal decidió, por su libre y espontánea voluntad, separarse “materialmente” del cargo de presidente municipal, lo cual notificó a la secretaria del ayuntamiento, al oficial mayor, al tesorero… y al tribunal electoral del poder judicial de la federación.
Al recibir esta notificación, el tribunal sesionó y acordó sobreseer el caso, debido a que, como ya fu dicho anteriormente, no había nada que buscarle al asunto, porque el alcalde se había separado ya, “materialmente”, del cargo. El tribunal, según mi opinión, no convalidó el hecho, ni lo revistió de legalidad, es decir, no dijo que el acto realizado por el alcalde hubiera estado ajustado a derecho y en ninguna parte de la resolución dice que el alcalde está separado de hecho y de derecho del cargo.
Más aún, el tribunal insiste en que, como el alcalde está separado, “materialmente”, del cargo, entonces sus derechos políticos están a salvo. No hay nada que alegar.
Este es un asunto similar al del Chapo Guzmán. Mire usted: él se escapó de una prisión federal y al estar en esa situación, perdió sus derechos políticos, pero como él se fugó de la prisión, “materialmente”, ya no es un reo, por lo que sus derechos políticos están a salvo y puede votar, el aseguro a usted que puede votar, aunque no sé si le interese ser votado. Por esta razón, la analogía no es la mejor manera de encontrar la veracidad de un hecho determinado.
Pero bueno, mientras todo esto asaba, la fecha fatal del tres de abril había llegado y también la del tiempo durante el cual el presidente había solicitado licencia para separarse “materialmente” del cargo. Cuando estaba más desesperado, tuvo un momento de iluminación beatífica y se ocurrió su tercera gran idea: presentar un justificante médico para no reanudar labores. ¡Chan, chan, chan, chan¡
La secretaria del ayuntamiento notificó que el alcalde había enviado un documento que probaba que no estaba en condiciones de reanudar sus labores como presidente municipal. En otras palabras, dijo que había entregado una incapacidad médica, ¿sic?, para justificar su no regreso al trabajo. Luego se supo que le habría operado alguna hernia. Algunos apuntamos que podría haber sido una hernia cerebral, sufrida por el terrible esfuerzo de generar esas tres grandes ideas.
Pero “haiga sido como haiga sido”, según el presidente Calderón, el presidente está herniado, mejor dicho fue operado de su hernia y por eso está incapacitado, muchos lo hemos dicho así, para reanudar sus labores al frente del ayuntamiento.
Aquí, lo interesante del asunto es la sola presentación del justificante médico es prueba real y objetiva de que existe una relación laboral y que no hay separación formal ni real, ni de derecho ni de hecho, es decir, ni legal ni materialmente, del cargo. Y quien afirma todo esto es el propio Virgilio, porque de otra manera no sé para qué diablos envió una constancia de que está físicamente incapacitado para acudir a su centro de trabajo, dije bien acudir y no realizar, que es un asunto totalmente diferente.
Los trabajadores presentan comprobantes de incapacidad oficiales para justificar su inasistencia al trabajo y para seguir percibiendo sus salarios y prestaciones de ley. Tal es el caso de Audelino Flores, quien presentó un documento similar y por ello no ha reanudado sus labores en el gobierno del estado. Es un caso exactamente igual, en los hechos.
Ahora bien, pegunto y me pregunto, tal como lo hizo en la ocasión anterior: ¿será el propio Virgilio quien muestre al tribual electoral el justificante médico o tendrán que hacerlo los priistas cuando impugnen su registro como candidato? ¿Presentar el justificante médico es otra “idea genial” del alcalde o fue propuesta de sus asesores? ¿No les da vergüenza, un poco siquiera, andar en estos shows, mostrando sus enormes carencias éticas y morales?
Mañana es el día fatal, ya le informaremos qué pasó con este asunto.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Guillermo Ruelas Ocampo, presidente del Tribunal de los Contencioso Administrativo (TCA), afirma que, con base en el artículo 129 del Código Penal del Estado, Virgilio Mendoza Amezcua podría ser privado de la liberta, inhabilitado desde un mes hasta 2 años o sancionado con una multa, de ser cierto que abandonó sus funciones sin permiso del cabildo o haber presentado un justificante, según se publicó ayer en "El Comentario".
Ruelas Ocampo habría dicho que el artículo 129 del Código Penal del Estado de Colima señala que, “comete el delito de abandono de funciones el servidor público que sin habérsele admitido su renuncia se separe de ellas sin causa justificada, al autor de este delito se le impondrá pena de 3 días a un año de prisión y multa de hasta por 10 unidades e inhabilitación de un mes hasta por 2 años para ejercer funciones públicas”.
De igual manera, el magistrado presidente del TCA hizo referencia a los artículos 54,55 y 56 de la Ley Orgánica del Municipio Libre, en donde dijo, se indica que los cargos de elección popular son irrenunciables, no se puede renunciar a ellos.
“Los artículos 55 y 56 de la Ley Orgánica del Municipio Libre dicen cómo suplir las faltas del presidente municipal, obviamente los presidentes municipales tienen derecho a 15 días siendo suplidos por el secretario del ayuntamiento como encargado del despacho, esto sin necesidad de licencia, con un aviso de que ya salió y un aviso de que ya regreso”, expresó.
Pero, aclaró, cuando la ausencia del alcalde es superior a los 15 días, sí es necesaria la licencia del Cabildo.
Sin embargo, expresó que al parecer el alcalde manzanillense tiene un justificante, porque se ha publicado que está enfermo, que tiene un impedimento de salud y si efectivamente lo tiene, entonces no hay ningún problema, si no lo tiene, el cabildo sería el encargado de calificar eso y si él alega que lo protege la determinación del Tribunal Electoral, pues ya será el IFE el que calificará si es elegible o no.
Al responder a la pregunta de si se puede considerar que el alcalde haya incurrido en abandono de funciones, Ruelas Ocampo aseveró: “Si salió sin la licencia correspondiente y sin causa justificada sí”. Tan, tan.
2. Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad. Miguel Delibes
3. Nadie es dueño de la multitud aunque crea tenerla dominada. Eugène Ionesco
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