El lunes rindió su cuarto informe de labores el rector de la Universidad de Colima, Miguel Angel Aguayo López. Con este acto, el rector concluyó formalmente su primer periodo rectoral y el segundo iniciará el uno de febrero del próximo año.
El acto, a semejanza del realizado por el diputado Arnoldo Ochoa González, fue de tal magnitud que prácticamente toda la clase política del estado estuvo presente. La universidad nos convoca y nos incluye a todos, porque está más allá de partidismos, más allá de militancias religiosas o políticas. La universidad es de todos y nos incluye a todos, queramos o no queramos.
El informe rendido al Concejo Universitario rindió cuentas cabales y exactas de todo lo hecho en el último año de gobierno, sí, de gobierno y no de gestión, del doctor Miguel Angel Aguayo López. Fue un acto donde se dio cuenta a la comunidad universitaria, y a la sociedad en su conjunto, de la manera honesta y transparente en que fueron invertidos todos y cada uno de los recursos con que fue dotada la Universidad en este año. Un informe puntual y apegado a los hechos.
El rector habló de un hecho trascendente: la Universidad tiene su origen en el pueblo y para él y por él trabaja, a él rinde cuentas y a él busca servir.
Las universidades públicas sufren siempre las acechanzas de quienes pretenden reducirlas, no sólo en sus dimensiones físicas, sino en sus alcances sociales, en su vinculación con los sectores productivos, en su participación en la investigación y en la promoción y en la difusión cultural, científica y tecnológica.
La Universidad de Colima no ha estado jamás exenta de estas amenazas que provienen, tanto de sectores empresariales y políticos bien identificados, como de gobiernos estatales y el federal.
Las restricciones presupuestarias, la distribución inequitativa de los apoyos oficiales, la ingerencia de partidos políticos y la pretensión de convertirla en instituciones militantes, con la perversión de la tarea fundamental de la universidad.
Es cierto: la universidad debe ser el lugar natural para que se discutan los problemas que existen en las comunidades, en el entorno donde está ubicado, en el país y en el mundo. La discusión libérrima de todas las ideas es condición fundamental de una universidad que se precie de serlo.
La universidad no puede permanecer al margen o aislada de cuanto ocurre en su entorno o en el mundo. Debe ser lugar donde concurramos todos, a discutir los problemas de todos, o los de sectores particulares, donde veamos los problemas de la construcción de la democracia, sí, pero también los de la salvaguarda de nuestro entorno y la manera de lograr un desarrollo sustentable de la sociedad, yendo más allá de la dicotomía entre desarrollo y respeto al medio ambiente, como ocurre con el crecimiento del puerto interior de Manzanillo hacia la zona de Las Brisas y la inminente destrucción del mangle que actualmente existe en ese lugar.
Ser lugar donde ese y muchos problemas más sean discutidos a fondo, forma parte de las tareas vitales que la universidad de Colima debe realizar para cumplir no sólo su función esencial, sino la responsabilidad que tiene con los colimenses.
Cada vez que hablo de la Universidad de Colima, hago alusión a un hecho inobjetable: en la Universidad de Colima hay un elemento que le ha permitido crecer en armonía, casi sin conflictos y ha sido la argamasa que ha unido a los universitarios: la paz.
Cuando uno visita o acude a la universidad, lo que percibe es una bulliciosa comunidad, una comunidad dedicada a lo suyo, a hacer realidad su lema: estudiar, luchar y trabajar. No es algo fácil tener a una institución educativa universitaria sin huelgas estudiantiles, sin paros de trabajadores por las negociaciones salariales y por otras razones. No lo es, pero se ha convertido, en Colima, en algo tan natural, que ya no lo notamos, pues la paz y la tranquilidad forman parte del ambiente, del aire que se respira en sus aulas, sus pasillos, sus centros de investigación, sus laboratorios, sus instalaciones deportivas y sus bibliotecas.
Antes dije que la universidad es una bulliciosa comunidad, con ese bullicio que se genera en el trabajo organizado, de la gente que reflexiona, que se prepara día con día, que discute, que investiga, que interroga y que, también, reniega de cómo está la universidad.
Hay mucho qué hacer, como lo hay siempre en toda organización, en toda institución, pero el rector ha apuntado ya el rumbo.
Por lo pronto, se trata de discutir el presente y el futuro de la universidad. Se trata de apuntar dónde se está y hacia dónde se pretende ir. Lo ha dicho el rector: debe ponerse a discusión el estatuto jurídico de la universidad, su ley orgánica. Comparto esa decisión. Deben desaparecer anacronismos como el que el rector sea considerado el “jefe máximo” de la universidad. Fue necesario en la época de la consecución de la autonomía, para evitar las ingerencias del poder público en los asuntos internos de la institución, pero hoy, la reestructuración de su máximo órgano de gobierno, el Concejo Universitario, forma parte de las tareas que el rector ha asumido como parte de la transformación que la universidad de Colima debe emprender para mantener a la de Colima como una de las mejores universidades públicas del país.
Por lo pronto, debemos alegrarnos de que la universidad de Colima tenga en Miguel Angel Aguayo López a un rector convencido de que su principal tarea es mantener el ambiente de paz y tranquilidad que existe en la universidad y coordinar los trabajos de los universitarios cuando es la hora de definir rumbo, destino y maneras de alcanzar las metas propuestas para su segundo rectorado.
Por la importancia que la Universidad de Colima tiene en el estado, desde hace más de 20 años, su rector ha sido considerado como parte de los actores políticos que el PRI, particularmente, pueda postular como su candidato a un cargo de elección popular, pero esto es arena de otro costal y lo trataremos en ocasión posterior.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. La diputada Gabriela de la Paz Sevilla Blanco, habló sobre el rescate y la preservación de especies. En ese sentido, presentó al médico Juan Martínez, representante de Endémicos Insulares A.C. quien partirá el día de hoy a la Isla Socorro para el rescate de la Paloma del Socorro. Esta paloma tiene su hábitat precisamente en esa isla, no existe en ningún otro lugar del mundo. Según el médico, esta paloma ya casi se extinguió en los ochentas, pero la especie de Paloma del Socorro fue preservada por la Universidad de California y otra asociación europea, y ahora se busca enviarla a su hábitat natural algunas parejas de esta especie para repoblar la isla.
2. Hoy rendirá su penúltimo informe el gobernador Silverio Cavazos. Con ello se cerrará este año y se tendrán, prácticamente dos semanas de “descanso mediático”, antes de que los partidos políticos inicien los prolegómenos para la selección de sus candidatos a cargos de elección popular.
3. Hay otro medio de defenderse de las adulaciones que hacer comprender a los hombres que no te ofenden si te dicen la verdad; pero cuando todo el mundo puede decírtela te falta el respeto. Un príncipe prudente se procura un tercer procedimiento: elige hombres sensatos y otorga solamente a ellos la libertad de decirle la verdad, y únicamente en aquellas cosas de las que les pregunta y no de ninguna otra. Nicolás Maquiavelo
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