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martes, marzo 20, 2001

Los primeros 100 días de Fox, el estilo de gobernar

20 de marzo de 2001


Hola, ¿ qué tal? Me da gusto que estén con nosotros en Angel Guardián.


Desde su campaña, Fox insistió mucho en sus primeros cien días de gobierno. Aseguró que estarían llenos de resultados positivos. Hoy, la realidad muestra que no ha hecho nada y nos dice que va a ocupar más de seis años para cumplir sólo algunas de sus promesas.


Por lo pronto, carece de un proyecto nacional y sólo ha venido haciendo arreglos, poniendo parches aquí y allá. Hasta hoy, el mejoramiento en el bienestar de nuestras familias ha sido sólo de lengua.


Su gabinete fue su primer error: lo formó con panistas, empresarios, ex comunistas, ex perredistas y priístas, no ha sido capaz de hacerlo mejor que los priístas. La revolución que muchos esperaban, no aparece.


Por otro lado, el desprecio de Martha Sahagún y de él mismo por los medios de comunicación, por la cultura y el arte, han dado paso a un creciente malestar que ya resuena en diarios, radio y televisión y en toda la sociedad. Sin embargo, como en el pasado, la arrogancia del poder, la certeza de su incapacidad para equivocarse, les impide la autocrítica correcta. No, Fox y su gente de comunicación social viven de espaldas a la realidad y eso será fatal, por más entusiasmo que por ahora desborden.


Cien días no bastan para mucho, pero al menos debimos tener en las manos un buen gabinete, sin funcionarios improvisados, todos dueños de proyectos políticos e ideológicos. A cambio, entre los torpes buscadores de talentos y las ideas patéticas que de comunicación social tienen en la Presidencia de la República, nos han brindado un primer desencuentro con un gobierno y, en particular, con un personaje del que mucho esperaban quienes votaron por él.


Yo pregunto y me pregunto: ¿Qué proyecto de país tienen Fox y sus Amigos? Por lo visto, uno donde nos quiten hasta el último centavo y nos dejen en la calle. .


Fox ha enseñado que puede ser un magnífico gerente de ventas, pero hace falta quien tenga visión de conjunto, don de mando, capacidad de estadista.


El gobierno no se puede manejar a base de improvisaciones o corazonadas, porque se fracasa rotundamente.

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