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viernes, septiembre 23, 2022

 Agenda Política

Por Miguel Acosta Vargas

 

Los hechos perviven, las palabras mueren al atardecer.

La muerte de Rafael Canet el lunes 19 de septiembre de este año, apenas el lunes de esta semana, mostró el lado más oscuro e indeseable de la autoridad municipal de Manzanillo.

Hablo de la autoridad porque fue evidente la poca disposición de uno de los responsables de Protección Civil del Ayuntamiento porteño, de dar por concluida la búsqueda y rescate de Canet porque, según, él, allí ya no había nada por hacer y debía ir a atender otros sitios donde se requería su presencia.

Hubo cuatro o cinco horas de abandono. Horas de angustia, de terror para familiares y amigos. Horas donde la autoridad municipal pretendió llevarse a la cárcel a quienes exigían el rescate de su amigo, de su familiar y hasta de quienes estaban ahí para hacer las tareas necesarias, cuantas fueran, para tratar de rescatar a Rafael Esteban Canet Rodríguez.

Tarde, muy tarde, permitieron las aportaciones de diversas personas, tanto en equipo como en personas dispuestas a sumarse a los miembros de protección civil y de la SEMAR para localizar y rescatar a Canet.

Cuando llegaron a él, cuando lo localizaron, siete o más horas después del sismo, ya era, para desgracia de todos, tarde, ya era muy tarde.

No hay justificación para la inacción de la autoridad municipal. Pero sí es notable, fue destacado, el desdén, el desprecio por la vida humana.

Cada pueblo tiene el gobierno elegido por la mayoría de los ciudadanos de ese pueblo. Sin embargo, la culpa no es de los ciudadanos, mucho menos de quienes votaron para llevar al gobierno a las actuales autoridades municipales.

Por supuesto: los errores no son de los ciudadanos, sino de quienes, gracias a esos votos, ahora son las autoridades municipales. Sus yerros, sus equivocaciones son propias, no de los manzanillenses.

Esta muerte la llevarán toda su vida como marca infamante.

Rafael Canet murió, quizá, porque la autoridad municipal decidió no cumplir con su tarea en tiempo y forma.  Hacerlo era su responsabilidad, parte de las tareas y obligaciones asumidas al protestar el cargo.

La historia no se puede borrar, las acciones y omisiones ahí están.

 

TRES COMENTARIO AL MARGEN

1. La gobernadora Indira Vizcaíno visitó varios municipios para ver de manera directa los daños sufridos por el sismo. No vi fotos donde estuviera acompañada, en Manzanillo, por la señora presidente municipal Griselda Martínez. Ello no implica la inexistencia de esas fotos o la ausencia de la alcaldesa porteña. Sólo recalco el hecho: no vi publicadas dichas imágenes en sitio alguno.

2. Cada batalla tiene un tiempo y un lugar. En mi caso, decidí dejar las batallas partidistas al renunciar a mi militancia en el PRI en 2021. Hay un tiempo y un lugar para todo, hasta para morir. Otras batallas vendrán, seguramente, pero esas serán personales, no partidistas.

3. Gobernar es una destreza, no un conocimiento. Es habilidad, no teoría. Las tareas del gobernante están más cercanas a la agilidad del gimnasta y no a la precisión del ingeniero. Jesús Silva Hérzog Márquez

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