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martes, julio 19, 2022

 Agenda Política

Por Miguel Acosta Vargas

 

El enfrentamiento

El asunto del incremento a los salarios de los trabajadores sindicalizados del gobierno estatal, de los municipales, de los organismos para municipales y paraestatales, así como de los poderes legislativo y judicial, ha enfrentado a los titulares de los poderes y ayuntamientos, con las organizaciones sindicales de esos trabajadores.

La señora gobernadora, Indira Vizcaíno, se reunió con quienes presiden los ayuntamientos y obtuvo su aceptación de ofrecer un máximo del 3% de incremento a los trabajadores. El único sindicato en rechazar públicamente el ofrecimiento fue el Sindicato de Trabajadores al servicio del Gobierno del estado, presidido por Martín Flores.

El dirigente sindical anunció la realización de una consulta a todos los trabajadores para saber si aceptaban o rechazaban el ofrecimiento hecho por la señora gobernadora. El resultado fue lógico: rechazo absoluto a la propuesta del 3% de incremento.

En este contexto, es necesario precisar un hecho: el gobierno federal otorgó a sus trabajadores un incremento mayor al 7%, aunque es apenas igual a la inflación habida hasta diciembre de 2021. La distancia entre uno y otro es evidente para cualquiera.

Desde la semana pasada, se han publicado en redes sociales los incrementos otorgados a los titulares de diversas dependencias de primero, segundo y tercer nivel en la administración estatal. Los incrementos son brutales, descomunales, sobre todo por la cantada escasez de recursos económicos y por el ofrecimiento hecho a los trabajadores sindicalizados.

Hasta el momento de escribir estas líneas, el gobierno de la señora Indira Vizcaíno no ha desmentido las publicaciones donde se señalan los incrementos otorgados a ella misma y a sus funcionarios. Por ello, ante su silencio, se asumen como verdaderas las cifras publicadas en redes sociales.

Un gobierno no puede tener éxito si se maneja con falsedades y mentiras. Los incrementos salariales no se otorgan unilateralmente, ni de manera discrecional, están basados en un contrato renovado anualmente, donde se especifican el incremento al salario base y a las diversas prestaciones integrantes del convenio de particularidades.

Este contrato es producto de una negociación entre dos partes: el poder ejecutivo estatal y el STSGE. Por lo tanto, una declaración unilateral, rayana en el autoritarismo, de la señora gobernadora carece de valor real, porque los trabajadores no están obligados a aceptarla a rajatabla. Las instancias legales están a su alcance.

La declaración gubernamental me pareció una declaración de guerra al STSGE y a su dirigente, Martín Flores. Como si con ello quisieran mostrar su deseo de sacarlo de la dirigencia sindical y tener una dirigencia “a modo”.

Sin embargo, en mi opinión, consiguieron el efecto contrario y en mi siguiente publicación, diré por qué pienso de esa manera.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Alejandro Moreno, Alito, hizo modificaciones en la estructura del CEN del PRI. Allí quedó incluido José Ignacio Peralta Sánchez, exgobernador de Colima. Los movimientos hechos por Alito muestran su evidente desesperación por mantenerse en el cargo hasta el próximo año para asignar, sobre todo, las candidaturas plurinominales. Alito es el gran enterrador del PRI y tiene en varios estados a personajes similares a él, Colima es uno.

En este sentido, pregunto: ¿se fortalece el CEN del PRI con la incorporación de exgobernadores sin poder político, ni fuerza real en sus entidades?, ¿se fortalece el PRI al incorporar a personajes rechazados en sus estados, algunos de ellos perseguidos por la ley? Y, la última, pero no la menos importante: ¿piensa hacerlos candidatos a puestos plurinominales, es decir, considera Alito designarlos candidatos para obtener una mayor votación en los estados donde ya fueron rechazados?

2. En la democracia, donde el debate es un instrumento indispensable, la decisión se adopta tras el juego de las opiniones, no antes, ni por encima, ni a su pesar. Pocas circunstancias tan propicias habría para ponderar las virtudes políticas y morales del debate como la exaltación de la libertad de prensa. Ésta, la prensa, es un foro natural para la deliberación. No el único, pero sí uno de los más genuinos. Aquí andamos.

3. Con el tiempo mereceremos no tener gobiernos. Jorge Luis Borges

Agenda Política (agendapolitica.blogspot.com) 

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