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jueves, septiembre 23, 2021

20 de noviembre de 1990

Agenda Política

Por Miguel Acosta Vargas

EN nuestro país, se ha convertido en una perniciosa costumbre que los políticos, más concretamente los titulares del Poder Ejecutivo, tomen decisiones para la aplicación de una política pública basados fundamentalmente en consideraciones de carácter político. Ello podría parecer lógico, es decir, que las decisiones tomadas por los políticos estuviesen en función de consideraciones de ese tipo. Sin embargo, tal forma de enfocar este asunto presupone el abandono de otra clase de razones y asume el privilegio de lo político por sobre todo lo demás.

Esta manera de tomar decisiones llevó al país grandes fracasos y convirtió en costosa costumbre de posponer toda decisión que implicase riesgos de tipo político, aun cuando fuese algo urgente y necesario de realizar en el corto plazo.

Ante esta situación, es gratificante observar en Colima a polìticos capaces de afrontar riesgos y tomar decisiones para emprender una determinada obra, cuya justificación técnica y social ha quedado plenamente demostrada, en el preciso momento en que la mayoría de los miembros de la llamada clase política se dedican más al cuidado de su imagen o a labores de proselitismo en busca de alcanzar un objetivo personal, que al cumplimiento de sus obligaciones como servidores públicos.

En este contexto, la decisión de Carlos de la Madrid Virgen, alcalde de Colima, de construir el drenaje profundo en la avenida San Fernando, precisamente cuando forma parte del conjunto de colimenses entre los que el PRI habrá de seleccionar a su candidato a gobernador, es digna de reconocimiento público.

Su decisión en sí misma es acertada. No sólo porque durante muchos años los colimenses han sufrido severas inundaciones, sino porque en éste, según los expertos, el temporal de lluvias fue extraordinario en décadas Más aún, los trabajos se inician en el mes de noviembre, y ello se debe a la radicación tardía de los recursos necesarios para llevarlos a cabo.

Este proyecto se financia de una manera singular, debido a que intervienen los tres niveles de gobierno y los beneficiarios de la obra.

Cabe señalar que el gobierno federal aporta el 40 por ciento, el estatal el 25 por ciento y entre el ayuntamiento y los beneficiarios, completan el 35 por ciento restante.

Los recursos aportados por ayuntamiento y beneficiarios se obtienen, en principio, vía crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de Banobras . De la rigidez de la normatividad impuesta par el BID hemos hablado en otras ocasiones, así como de las consecuencias negativas que origina.

De esta manera, quienes critican al alcalde por haber tomado la decisión de emprender esta obra, olvidan algunas consideraciones importantes, la primera de las cuales es que la posposición habría incrementado el costo económico; segundo, se habrían tenido que regresar los recursos no ejercidos y, tercero, un alcalde no debe realizar sólo aquellas obras que le reditúen altos beneficios políticos.

Así, la conclusión de la obra en los plazos fijados de antemano, resulta de vital importancia. En este asunto, el tiempo es un factor en contra y, por ello, resulta un elemento fundamental. El término de los trabajos se tiene proyectado para el veinte de diciembre de este año.

Todo esto nos lleva a una conclusión: en la alcaldía, hay alguien capaz de actuar con inteligencia, atingencia, honradez, eficiencia y, lo más importante, dispuesto a cumplir su obligación anteponiendo los intereses de la comunidad a los propios, por muy legítimos que éstos pudieran ser.

Esto, por desgracia, no es común en nuestro medio político.

 

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

Uno. Este fin de semana fue muy agitado para los aspirantes a la gubernatura del estado. Por una parte, el sábado se reunieron en Manzanillo, en la casa de Cecilio Lepe Bautista, Roberto Ánzar Martínez, Socorro Díaz Palacios y Carlos de la Madrid Virgen.

Por otra parte, el viernes estuvieron Carlos Vázquez Oldenbourg, Carlos de la Madrid Virgen y José Luis Santana Rodríguez, en la Universidad de Colima.

El motivo fue asistir a la conferencia magistral: "La política pública como gestión gubernamental" impartida por Luis F. Aguilar Villanueva. Por cierto, con este acto culminó el curso "Análisis y diseño de políticas públicas", realizado del 12 al 16 del presente.

Dos. Los priistas de tres municipios tienen la posibilidad de quitarse de encima a los malos alcaldes que padecen, la solución es sencilla: basta nominarlos a un cargo popular donde no hagan daño.

Tres. Hace algunos años, en 1982, conocí a Carlos Vázquez. Por aquel entonces andaba en campaña (aunque vale decir que siempre anda en campaña) y mi conocimiento de él no fue personal.

En 1985, en plena campaña, pude hacerme una idea más exacta de la clase de político que es Carlos Vázquez. Hombre de acción -hiperactivo tal vez-, no paraba un minuto. Tan pronto emprendía una actividad en un lugar como en otro totalmente distinto.

Por aquel entonces no logró su objetivo político de alcanzar un cargo de elección popular. Ello no lo desanimó y se mantuvo fiel a su partido.

Hoy, sus adversarios políticos, que los tiene en demasía, lo atacan sin piedad y pretenden impedir nuevamente que alcance su objetivo. Ello me parece injusto, porque Carlos Vázquez es, pésele a quien le pese, un político valioso, inteligente, experimentado, honrado, carismático, como hay pocos en su partido, el PRI.

En efecto, Carlos Vázquez Rangel, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Liberales (CNOL), merece mejor suerte, al menos en esta ocasión.

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