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lunes, septiembre 25, 2006

Cuando despertó...la guerrilla estaba allí

Ricardo Rocha ya no sentía lo duro, sino lo tupido. Le tocó la de ganar, porque salió vivo y sin rasguños, más que en el ego. Son los riesgos de la democracia y del ejerciciod e la profesión. A diferencia de cómo los actores políticos suelen tomarse las cosas, la turba que zarandeó a Ricardo Rocha no anduvo con remilgos y nada les importó el nombre, la trayectoria del periodista o, inclusive, la actitud que ha asumido en relación con el tema de Oaxaca, por citar un caso.
La masa es estúpida, dicen que dijo Lenin, pero lo cierto es que es emocional. No atiende razones. Grita. No analiza, determina a rajatabla. Obedece la voz del líder. Sin más. El que se opone es defenestrado, insultado, marginado, humillado y, en caso extremo, golpeado hasta morir.
Pero lo cierto es que Oaxaca padece las consecuencias de una clase política inoperante y que se preocupa más de ver qué provecho político va a obtener de sus acciones, que de resolver los problemas que se le presentan.
La semilla de la guerrilla urbana está sembrada. Ya se abrieron frentes en varios estados. Aunque usted no lo crea, los llegaremos a ver en Colima.
Al tiempo.


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