Pedro Peralta Rivas, diputado local y uno de los tres promotores de que el PAN realizara un ejercicio de consulta abierta a la sociedad para elegir a su candidato a gobernador, está metido en un auténtico berenjenal.
Cuando los tres promoventes de la consulta abierta –Felipe Cruz, alcalde la Villa de Alvarez, Nabor Ochoa López, diputado federal, y el propio Pedro Peralta Rivas- salieron a explicar a los medios de comunicación su propuesta, el diputado local Peralta Rivas fue claro al señalar que estaba en contra de la imposición que el comité nacional pretendía hacer –y que finalmente realizó- y que su posición estaba tan clara que estaría en contra de una decisión de esta naturaleza, aunque fuera en su propio beneficio.
Pero no fue sólo eso lo que dijo Peralta Rivas, sino que también expresó su compromiso de que si no lograba la candidatura a gobernador, no aceptaría participar como candidato para ningún otro cargo de elección popular, pero eso no fue todo, sino que fue más lejos, porque afirmó que si, finalmente, Nabor Ochoa se salía del PAN, entonces no participaría en este proceso electoral porque sería perder a lo seguro.
Esto lo dijo Peralta Rivas en una reunión con columnistas de distintos medios, realizada en un hotel ubicado al norte de la ciudad.
Sin embargo, ahora distintas fuentes han informado a este columnista que el diputado local panista Pedro Peralta Rivas tiene ante sí una oferta del comité nacional del PAN para que sea designado candidato a diputado federal plurinominal o a alcalde de Colima.
Según estas mismas fuentes, Peralta Rivas pidió tiempo para dar una respuesta acerca de por cuál opción se decide.
El problema para Peralta Rivas es encontrar una salida al laberinto donde se metió por voluntad propia. Nadie lo encarriló, nadie lo forzó y nadie lo llevó de la mano ni tampoco le fue tendida una trampa por Felipe Cruz o Nabor Ochoa, o por ambos.
Si acepta cualquier candidatura, cualquiera, Peralta Rivas demostraría que toda su enjundia, todo su esfuerzo, toda su alharaca, fue, tan sólo, una más en la larga lista de desastres políticos habidos en Colima.
Hay quienes podrían pensar que la posición asumida por Pedro Peralta Rivas fue demagógica, simplemente demagógica y en principio, podría estar de acuerdo, porque, según Wikipedia, “también se considera como demagogia esa oratoria que permite atraer hacia los intereses propios las decisiones de los demás utilizando falacias o argumentos aparentemente válidos que, sin embargo, tras un análisis de las circunstancias, pueden resultar inválidos o simplistas.” Fin de la cita.
Por eso, al principio de estas líneas dije que Pedro Peralta Rivas está metido en un auténtico berenjenal. La congruencia estricta entre las palabras y los hechos distingue a los políticos, los vuelve diferentes y, por supuesto, no sólo a los políticos, sino a todas las personas, sin diferencia de raza, nivel educativo, idioma, religión, sexo y posición económica o social.
Como suelen decir en mi barrio: la congruencia hace la diferencia entre ser un hombre o simplemente un payaso más. Puede ser una frase dura, pero en Manzanillo, el de la Calle Nueva, todavía hoy, sigue siendo un barrio duro, áspero, difícil y en el pasado lo fue aún más, mucho más.
Finalmente, la decisión que tome Pedro Peralta Rivas afectará sólo su estricta congruencia entre dichos y hechos. Nada más, pero nada menos. Es un momento difícil y una decisión difícil, por supuesto, pero él y sólo él, en teoría, va a tomarla.
Pero vale la pena preguntar: ¿alguien podría creerle en el futuro algo a Pedro Peralta Rivas, si ahora decide aceptar una imposición, un dedazo, porque éste es en su favor? Ya veremos y opinaremos.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. tenemos una devaluación de más del 50 por ciento en menos de seis meses. Esto es un hecho incontrovertible, hasta para el panista más acérrimo. El peso se ha depreciado de manera brutal y escandalosa. Los precios de los artículos de la canasta básica se han disparado a las nubes y cada día que pasa, la situación es peor, no mejor.
Se han perdido cientos de miles de empleos, sólo en los últimos seis meses y decenas de miles más han visto mermados sus ingresos absolutos hasta en un 50 por ciento.
La lucha contra el narcotráfico no está siendo ganada, ni siquiera en los medios de comunicación, y el gobierno federal no encuentra cómo enfrentar, con éxito, a la delincuencia organizada. De Mérida a Ensenada, De Chiapas a Reynosa, la situación es la misma. Un gobierno apanicado, metido en serios problemas de credibilidad y efectividad.
En el extremo del asunto, está el supuesto comportamiento del presidente de la república en la reunión que tuvo con los gobernadores, la dirigencia del partido y los coordinadores de las bancadas priístas en las cámaras de diputados y de senadores. Allí, según comentó Salvador García Soto, articulista de El Universal, Felipe Calderón habría pedido a Dios que éste no permitiera al PRI ganar las elecciones de julio de este año. El asunto no fue desmentido por la presidencia de la república, desconozco si porque es cierto o porque consideraron que no valía la pena hacerlo, pero el dicho periodístico quedó como cierto.
Entonces: si la economía anda por los suelos y éste es el sexenio del desempleo masivo y la lucha contra el narcotráfico ha sido un fracaso en prácticamente todos los frentes, ¿cuáles son los éxitos de los que el presidente y su partido pueden vanagloriarse?
Por eso, resulta entendible el desesperado esfuerzo del PAN y del gobierno por achacarle a los gobernadores priístas el fracaso de la lucha contra el narcotráfico. Por eso el deseo, la necesidad, de involucrar a los gobernadores priistas en escándalos mediáticos para distraer la atención y enfocarla, demagógicamente, en los priístas, cuando éstos dejaron de ser gobierno el uno de diciembre de 2000, hacer ocho años, cuatro meses y tres días.
Esa es la situación que tenemos: un gobierno federal incapaz de resolver alguno de los graves problemas que padecemos los mexicanos y que busca a quién echarle la culpa de su más que evidente incapacidad para gobernar.
Por eso entiendo lo dicho por Téllez, Secretario de Comunicaciones y Transportes cuando exclamó: ¡¡¡extraño a los priistas!!!
Es fácil echarle la culpa a los demás de su propia incapacidad para gobernar. Es fácil decir: es que éste, ese o aquél no me dejan gobernar. Es que me dejaron muchos problemas y así hasta el infinito. Es fácil, muy fácil, hacerse la víctima, pero eso no resuelve los problemas. A la gente le interesan los resultados que le benefician. Los mexicanos estamos hartos de que nuestros gobernantes nos informen que van a tomar decisiones duras, difíciles, pero que nos permitirán tener un mejor futuro. Queremos un mejor presente.
Las religiones ofrecen una mejor vida en el más allá y ahora, el gobierno hace exactamente lo mismo, lo mismo.
Tenemos un presidente que ha demostrado no ser capaz de conducir este país. Tenemos un presidente que no ha sabido tomar las decisiones adecuadas, en le momento adecuado y en las circunstancias adecuadas. Tenemos un presidente que no sabe y no puede.
¿De qué pueden presumir, entonces, los panistas?
2. “Hay quién se pone metas, objetivos, cree en algo: en un dios, en el amor,... pero es difícil creer en algo, sino crees siquiera en ti mismo y en que tiene algún sentido el que cada día te levantes, vayas al trabajo, te conviertas en una especie de máquina durante unas ocho horas y luego vuelta a casa,.... ... ... ... y así día tras día. Nadie está contento y sin embargo no hacemos nada por cambiar las cosas porque no sabemos qué es lo que podemos hacer, no sabemos cual es la solución porque no la hay, la única solución, y aunque parezca absurda, es vivir en una dulce ignorancia, ser un iluso, un estúpido que no piensa ni ve más allá que lo que alcance su mirada. No aspirar a nada más que las migajas del pastel que caigan en tus manos, y ya está, ser un conformista, sin apenas voluntad ni decisión, una especie de marioneta que ni de moverse se preocupa porque ya hay otros que se encargan de ello.”
“No vale la pena, ¿para qué?... en fin, vivo aburrido y escéptico. ¿La amistad? ¿el amor? ¿la familia?, conceptos que poco me dicen ya, y quizás no sea por desengaños sino porque no creo en sentimientos que son imposibles en una sociedad como esta, o en una vida como esta. El hombre está condenado a no vivir en paz nunca, allá donde vaya, se sentirá obligado a cambiarlo todo y a adaptarlo a su gusto, con la excusa de que es lo mejor. Así va destruyéndolo todo y creando mierda a su alrededor, porque si algo hay perdurable que pueda crear el hombre es mierda: suciedad y basura allá por donde pasa” Emile Ciorán.
3. Uno pierde a quien ama, un poco todos los días. Hasta que un día los pierde para siempre. Teresa Nava
1 comentario:
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