El asunto de la candidatura para gobernador en el PAN se ha manejado de manera inadecuada, al margen de los estatutos de ese partido y al margen de los acuerdos tenidos en el Conejo Nacional, según han denunciado diversos actores políticos y aspirantes, en su momento.
Ya el presidente de la comisión estatal de procesos internos, o como se llame dicho organismo panista, José Antonio Fernández Cárdenas, dijo que existen tres métodos de elección de candidatos: la consulta a militantes activos y adherentes, la asignación directa por el CEN y la consulta a los ciudadanos inscritos en el padrón electoral.
El propio presidente del partido, Germán Martínez, dijo que las candidaturas se manejarían por la vía de los procesos de consulta a la militancia. Así de directo fue en un programa radiofónico dominical, donde soltó todo ese rollo acostumbrado de la proclividad del PAN por la democracia y lo lejos que estaban de la presidencia imperial que caracterizó a los priístas en su momento.
Para desgracia suya, los hechos le dieron en la boca, lo desmintieron rotundamente. Las quejas o son sólo en Nuevo León y Colima y los panistas lo saben.
En Colima hay un evidente interés por parte del grupo que controla Antonio Morales de la Peña, de controlar todo el proceso y manejarlo de acuerdo con las conveniencias políticas de su facción. Toñito Morales ha pretendido erigirse como el factótum, es decir, como la “Persona de plena confianza de otra y que en nombre de ésta despacha sus principales negocios”, según lo define el Diccionario de la Lengua Española.
Lo interesante de todo esto es que, como se ha informado ya en los medios locales, cinco de los aspirantes a la candidatura para gobernador acudieron a una reunión con su dirigente nacional.
Según me contó, divertido, uno de los asistentes, al puro llegar, Germán Martínez se dirigió a ellos y manera de saludo les dijo: ¿ya vienen a cuestionar las decisiones del comité nacional? De inmediato todos, sin excepción, negaron ir con ese propósito y, según mi fuente, sólo uno de ellos se atrevió a cuestionar al presidente del comité nacional y decirle que el propósito de estar allí era para plantear el hecho de que en Colima deberían celebrarse procesos internos para seleccionar los candidatos a los distintos cargos de elección popular y que lo mejor era consultar a militantes activos y adherentes.
No pudo decir más el atrevido colimense. El parón que le dio su dirigente nacional fue seco y característico de su personalidad: ¡mira, fulanito, los procesos democráticos son pendejadas! Las cosas se van a hacer como les digamos. ¿Estamos de acuerdo?
Tras esa respuesta, un ominoso silencio privó en el despacho donde se realizaba la reunión.
Después de ello fue cuando Toñito Morales inició su campaña en favor de la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado. Primero habló con el diputado federal Víctor Torres Herrera, uno de los más furibundos enemigos políticos de la manzanillense. Mientras, la propia interesada habló con el diputado local Enrique Michel Ruiz, quien la mandó a freír espárragos, al decirle que el apoyaba a Jesús Dueñas y sólo que éste declinara, vería a quién apoyaría.
Luego, después de un par de semanas de inútiles cabildeos, Toñito Morales informó al CEN de su partido que no habría consenso para imponer a la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado.
Lo demás fue coser y cantar. Allí está los hechos que prueban la ruta crítica seguida por Toñito Morales y sus socios.
Sin embargo, hay quienes aseguran, entre ellos lectores de esta columna, que en realidad, Toñito Morales ya se arregló con Leoncio Morán y que éste sería el candidato de “unidad” de los panistas, sustentado en la fuerza que el primero de ellos tiene en el comité directivo nacional y sus contactos e el comité nacional.
Debo decir que no comparto esta opinión. Pero lo cierto es que el PAN entró ya en un proceso de descomposición interna. Se sabe que hay un manejo maniqueo en el comité estatal y en el nacional. Las filias y las fobias rigen los actos cotidianos de los panistas y hay quienes ya están hartos de ello.
En cuanto a Virgilio Mendoza, “los siete magníficos” como llaman en Manzanillo a los cuatro regidores del PRI, al del PRD y a los dos panistas que integran la mayoría opositora al alcalde, han expresado que no otorgarán la licencia para que el presidente municipal se retire del cargo, si antes no responde amplia y cumplidamente a todos y cada uno de los puntos señalados en el dictamen emitido por el congreso donde se recomienda no solo inhabilitarlo, sino que se le condena, a él y a otros funcionarios del ayuntamiento, a devolver determinada cantidad de recursos.
No es un asunto menor, ni un chantaje o una persecución. Siempre y llanamente es decirle a Virgilio Mendoza que no pueden cometerse actos violatorias de las leyes y luego, muy campante, irse sin pagar. Actuar al margen de la ley es algo que hermana a Virgilio Mendoza Amescua y a la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado.
¿Esos son los mejores hombres y mujeres del PAN?
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Petronilo Vázquez Vuelvas aspira a ser candidato a diputado por el distrito local 7, de Villa de Alvarez. Petros, como le dicen muchos de sus amigos, ha tenido una larga participación en la vida política de ese municipio, donde ha sido funcionario del ayuntamiento y miembro del cuerpo edilicio, como es hoy. Según informó él mismo, la presidenta del comité directivo estatal del PRI le habría dicho que está considerado entre quienes podrían ser candidatos a diputados locales y que es uno de lo que “medirían” para ese distrito.
Conocí a Petronilo hace varios años, cuando era el responsable de la comunicación social en la Secretaría de Salud. Siempre ha sido un hombre capaz, responsable, inquieto. Sería, desde mi punto de vista, un buen candidato y un mejor diputado. La palabra la tiene el PRI, en primer término, y luego los ciudadanos villalvarenses.
2. En toda esta parafernalia de candidaturas por todos lados, parece olvidado el tema de las alianzas y frentes que podrían integrarse para las elecciones locales.
3. Sin poseer la facultad de exagerar nuestros males, nos sería imposible soportarlos. Atribuyéndoles proporciones inusitadas, nos consideramos condenados escogidos, elegidos al revés, halagados y estimulados por la fatalidad. Afortunadamente, en cada uno de nosotros existe un fanfarrón de lo Incurable. E.M. Ciorán
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