Antier, martes, corrió el rumor de que el PAN había ya tomado una decisión respecto de quiénes serían sus candidatos a gobernador y diputados federales en Colima. Mi informante me aseguró que los designados por el comité nacional panista eran: la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, Leoncio Morán Sánchez y Virgilio Mendoza Amescua, para gobernadora, diputado federal por el primer distrito y diputado federal por el segundo distrito, respectivamente.
No era una noticia sorprendente, en sí misma, tenía visos de credibilidad, sobre todo si lo ligamos al hecho de que el mismo martes, casi a la misma hora en que me informaban de este asunto, otros tres de los aspirantes, el diputado federal Nabor Ochoa López, el presidente municipal de Villa de Alvarez, Felipe Cruz Calvario y el diputado local Pedro Peralta Rivas, ofrecían una rueda de prensa donde daban a conocer su inconformidad por el método con el que el CEN del PAN pretende imponer candidato en Colima: la designación directa.
En el documento, dirigido al presidente de la Comisión Electoral Estatal del PAN, José Antonio Fernández Cárdenas, y al dirigente estatal del Comité Directivo Estatal del instituto político, Fernando Antero Valle, retoman principios de la doctrina panista; “la democracia es la forma superior de organización del poder político y el sistema óptico de respetar la dignidad humana”, y aseguran que en Colima no hay condiciones para una designación directa del candidato al gobierno estatal, por ello pidieron que la elección del candidato o candidata se realice conforme a los estatutos.
Asimismo, pidieron que de igual manera se aplique a las demás candidaturas, porque, aseguraron: “en el pasado, tomar de manera errónea decisiones no democráticas nos llevó a la desilusión y a la renuncia de distinguidos militantes de nuestro partido”.
Lo interesante de todo esto es que los tres panistas consideraron viable cualquier modalidad en la que el ciudadano no registrado en el padrón de militantes panistas participe. “Podemos explorar la opción de la elección abierta o una elección interna con participación ciudadana, mezcla en que nuestros militantes activos y adherentes representen un porcentaje mayoritario de la decisión, en tanto los ciudadanos no afiliados a Acción Nacional constituyan la parte complementaria”, dijeron.
De igual manera, pidieron que el proceso de selección interna no sea excluyente, sino que todos los aspirantes, militantes o no del PAN, pudieran participar en dicho proceso.
El diputado federal Nabor Ochoa, señaló que Acción Nacional ya ha tenido malas experiencias con la designación de candidatos, como el año pasado en Coahuila, donde perdieron todas las diputaciones locales, y enfatizó que no es el momento para aplicar este método de selección, “estamos convencidos que en los tiempos actuales es importante que la militancia de nuestro partido se manifieste y la ciudadanía participe”.
“En los estatutos del PAN se contempla la elección abierta, donde pueden participar militantes y ciudadanos, nosotros creemos que de esta manera saldría un candidato legitimado por la militancia, pero también con fuerte presencia hacia la entidad”, afirmó el porteño.
Pero fue más allá Ochoa López, al asegurar que: “Estamos conscientes los tres de esta postura: no aceptamos la designación ni en beneficio propio. Que quede muy claro”.
Pero lo importante es saber qué detonó esta situación, por qué se decidieron a “airear” un asunto tan delicado como éste. De entrada, podría pensarse que Nabor Ochoa López decidió dinamitar el proceso al saber que no sería tomado en cuenta entre los elegibles, pero eso no implica que los demás, Pedro y Felipe, hicieran los mismo, lo que nos lleva a reformular la pregunta: ¿qué causó tanta molestia a estos tres panistas?
Ayer, una fuente me informó que la decisión al interior del PAN está ya tomada, que el comité nacional, léase Felipe Calderón, ya tomó la decisión y que la señora senadora Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, será la candidata a gobernadora y Leoncio Morán Sánchez y Virgilio Mendoza Amescua serán los candidatos diputados federales por el primero y segundo distrito electoral, respectivamente.
Me dijo también que Toñito Morales fue el encargado por el CEN del PAN para operar esta decisión, pero que, fiel a su estilo, provocó severos daños a la nave panista, que ahora hace agua por varios lados.
Los panistas pueden decir cualquier cosa respecto de esta situación, pero no podrán negar que los tres protestantes tienen razón y todo el derecho de exigir que se lleve a cabo un proceso interno para elegir a sus candidatos a cargos de elección popular.
Tampoco pueden negar que el asunto se operó de la peor forma posible, aunque cabe señalar que, por lo que ocurre en otras entidades del país -y ha ocurrido antes, según denunció el diputado federal Nabor Ochoa- el estilo personal de gobernar de Germán Martínez es el de imponer decisiones y no el de realizar molestos procesos democráticos, cualesquiera que estos sean.
Ante estos hechos, pregunto y me pregunto: ¿qué van a hacer Antero, Toñito y Germán. ¿Van a dar marcha atrás a las decisiones tomadas? ¿Van a plegarse a las exigencias de los, por ahora, tres inconformes? ¿Van a ejercer represalias, como en los hechos están ya haciendo con los regidores manzanillenses que se atrevieron a pedir claridad en las acciones realizadas por el ayuntamiento?
Pero hay otras preguntas que merecen atención: ¿qué han logrado Toñito Morales y sus protegidos con su desastrosa manipulación? ¿Van a seguir por la línea de la descalificación y expulsión de los inconformes con la imposición?
Ahora bien, hay una instancia partidista, presidida por José Antonio Fernández Cárdenas, la Comisión Electoral Estatal, que tiene mucha responsabilidad en este momento porque, en teoría, es el órgano garante de que los estatutos y los acuerdos de los consejos -nacionales o estatales, en su caso- deban ser respetados.
No se duda de la integridad moral del titular de ese órgano panista, sino de la libertad de acción que pueda tener en una circunstancia como ésta.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Se dice en círculos panistas que Virgilio Mendoza, alcalde Manzanillo y designado ya por el comité nacional panista como candidato a diputado federal por el distrito dos, estaba tan desesperado porque veía que se le iba el tren de las candidaturas, que fue a ver a su Toñito del alma y con lágrimas en los ojos, le espetó: ¡¡¡O logras que corran a Nabor del Partido, o voy a ver a Germán (Martínez) y le digo que renuncio al PAN!!! Cuenta uno de los que supieron del sainete, que Toñito, muy preocupado, le dijo: ¡¡¡ni vayas a hacer eso, Virgilio, capaz que Germán te toma la palabra!!!
Pero según parece, los llantos y gimoteos funcionaron y ya el alcalde tiene la designación para la diputación federal y el comité estatal inició formalmente el proceso para correr a los regidores Miguel Salazar Abaroa y Juan Roberto Barbosa, acusados por la coordinadora de los regidores panistas en el ayuntamiento de Manzanillo, del gravísimo delito de pedir cuentas claras al alcalde, respecto de la construcción de palenque. Ahora sólo falta que, en los hechos, se concrete el ofrecimiento y que, a su vez, “los siete magníficos” le autoricen la licencia para separarse del cargo.
2. La manera más desagradable de replicar en una polémica es la de enojares y la de callar, pues el agresor interpreta ordinariamente el silencio como un desprecio. Nietsche
3. La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla. Marti
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