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jueves, noviembre 13, 2008

PRD, Un Nuevo Viacrucis

Según información publicada en El universal, en línea, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó ayer el fallo de la Comisión Nacional de Garantías del PRD, que anuló la elección de presidente y secretario general de ese partido del 16 de marzo, y ordenó modificar el cómputo nacional para otorgar el triunfo a Jesús Ortega y Horacio Duarte, con el 48.83% de la votación.

Este hecho produjo una respuesta inmediata de Alejandro Encinas, el perdedor de esta contienda, quien en entrevista radiofónica con Pepe Cárdenas, afirmó que con la resolución del Tribunal se asienta un precedente muy negativo para la vida política, por el hecho de que un órgano del Estado decida quien forma la dirección nacional del un partido.

"Creo que eso violenta un principio de independencia, de autonomía de los partidos respecto del Estado", afirmó.

La legitimidad de una elección, consideró, no puede venir de un fallo de un órgano electoral que además no desahogó a fondo las pruebas, y que después de 8 meses de haber acreditado graves problemas de irregularidades ahora resulta que las legitima.

"El TEPJF legaliza la elección, la hace válida y da un resultado. A pesar de reconocer que más del 22% de las casillas fueron anuladas (...) legalizaron el cochinero", dijo.

Encinas Rodríguez señaló que la decisión sienta bases para que en un futuro haya intervenciones de órganos electorales y estatales en los asuntos internos de la vida partidista.

Cuestionado sobre si dejará el Partido de la Revolución Democrática, señaló que en estos momentos está recibiendo muchas llamadas de inconformidad y preocupación por esta situación, pero "hay que tomarlo con calma y actuar con la cabeza fría".

Agregó que en los próximos días tomará una determinación y estará pensando más en el proyecto político de la izquierda que en su situación personal.” Hasta aquí lo publicado en El Universal en línea.

Este asunto se complica para el PRD, porque puede acelerar la descomposición de las fuerzas internas y el reagrupamiento en torno de Andrés Manuel López Obrador de varias de las tribus que componen al PRD.

Sin embargo, el asunto no es tan sencillo, porque en la Ciudad de México, donde tienen su mayor fuerza, los grupos más fuertes del PRD podrían estar ya controlados por Marcelo Ebrard y no necesariamente por la gente cercana a López Obrador o por éste mismo.

La gran caja chica que significa el gobierno del DF y las políticas clientelares, una de las maneras más exitosas de tener a grupos sociales, podría cerrarse para López Obrador y su gente, porque Ebrard y compañía podrían darles con la puerta en las narices. Es evidente que el actual jefe de gobierno tiene su propio proyecto político y sabe que no puede seguir la ruta marcada por López Obrador, si quiere llegar al 2012 con altas probabilidades de ser el candidato del PRD a la presidencia de la república.

Por eso es tan importante la decisión tomada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Finalmente, considero que es equivocada la visión y la apreciación que hace Alejandro Encinas, cuando dice que “el TEPJF legaliza la elección, la hace válida y da un resultado.” Desde mi punto de vista, para eso está, precisamente, el TEPJF: para declarar válidas o inválidas las elecciones y, en consecuencia, legalizarlas y dar resultados, en un sentido u otro, pero darlos. Esa es su obligación esencial, para eso fue creado.

No se le puede culpar al TEPJF de cumplir con su esencia.

En el corto plazo, se corre el riesgo de que haya una desbandada de militantes perredistas, esos que se creen los discursos de los generales y luego resulta casi imporsible hacer que regresen.

Allá ellos.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. Jorge Humberto Silva Ochoa reconoció tres aspectos de lo que escribí en mi colaboración el martes pasado: primero, que la reunión se llevó a cabo; segundo, que se trataron los temas que dije que se habían tratado y, tercero, que él dijo que aceptaba irse a Desarrollo Social.

Por supuesto: no le fui a informar que se le nombraría secretario de tal o cual, sino a transmitirle el mensaje concreto: debía solicitar licencia como diputado plurinominal para irse al gabinete.

De igual forma, una vez concluida la encomienda, fui a informarle al Profesor Gustavo Vázquez que todo estaba ya “planchado” y posteriormente, como suele ocurrir, el propio candidato triunfante, le llamó para reunirse y hacerle la invitación formal.

Estos son los hechos, lo demás son especulaciones.

Por otra parte, hay varios hechos que requieren respuesta concreta, sin darle vueltas, como suele decirse.

El primero se refiere a quién era el famoso “delfín” de Fernando Moreno Peña.

El segundo es que si, como afirma Jorge Humberto Silva Ochoa, por sí mismo o por interpósita persona, su participación en el proceso interno fue para impedir que Fernando Moreno Peña pudiera imponer como sucesor a “su delfín”, el asunto se complica aún más, porque: ¿quién de los cinco participantes era “el delfín” de Moreno Peña? ¿Jesús Orozco Alfaro? ¿Rogelio Humberto Rueda Sánchez? ¿Socorro Díaz Palacios? ¿Gustavo Alberto Vázquez Montes?, o, la madre de todas las paradojas, ¿el mismísimo Jorge Humberto Silva Ochoa?

Porque si salen con su domingo siete de que “el delfín” era Carlos Salazar Silva, rector de la Universidad de Colima o el senador Héctor Michel Camarena, el asunto carece por completo de sentido, porque ninguno de ellos participó en el proceso interno para elegir al candidato del PRI a la gubernatura.

Es cierto, cuando en el 2000 compitió como candidato a senador, muchos opinamos que Héctor Michel Camarena podría ser “el delfín”, de Fernando Moreno Peña, pero al perder la elección, supimos también que había perdido su oportunidad.

Si hubiera sido cierto que la participación de Jorge Humberto Silva Ochoa fue con el único fin de impedir el “cacicazgo” de Fernando Moreno Peña y si el propio FMP hubiera sido ese cacique que dicen, lo más lógico es que habría separado de sus cargos a todos los participantes en el equipo de precampaña y a muchos de los simpatizantes de JHSO. ¿No?

Los caciques no admiten disidencia, ni interna ni externa, ni siquiera opiniones discrepantes.

Más aún, jamás, en ninguna reunión con simpatizantes, ni con su equipo de trabajo dijo que su intención de participar en el proceso interno era para impedir el cacicazgo de Fernando Moreno Peña. Jamás lo hizo y hubo muchos actos y lugares donde pudo haberlo hecho, antes, durante e inmediatamente después del proceso interno.

Este es un asunto sobre el que vale la pena reflexionar de manera amplia y precisa.

2. En una guerra asimétrica, lo importante no es cuanto daño se cause, sino provocar una respuesta. Teresa Nava

3. Pocos saben envejecer. La Rochefoucauld

macosta68@gmail.com

macosta68@hotmail.com

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