Agenda Política
Por Miguel Acosta
Vargas
La nueva sociedad,
la exigencia creciente
Al demandar mayores espacios de participación, la sociedad civil debe
reconocer la responsabilidad que ello implica y la necesidad de fortalecer sus
dirigencias y representantes, organismos y agrupaciones para que el Estado
encuentre interlocutores válidos, capaces de representar realmente los
intereses de los ciudadanos y que tengan eficaz comunicación con ellos.
Ciertamente, vivimos una etapa distinta. México ha cambiado. También los
mexicanos. Todo está a discusión. Por eso, debemos revisar lo que hemos hecho y
también lo que hemos dejado de hacer.
Debemos exigir a los políticos que hablen menos y escuchen más, porque esto
es una fase indispensable de consulta que precede y fortalece la expresión
social. Deben escuchar con atención y responder en todo momento con veracidad,
porque ya es tiempo de superar la subcultura del rumor, la desconfianza y la
incredulidad. Debe hacerse una amplia convocatoria a actuar y pensar de manera
abierta.
Se debe fomentar una nueva cultura política en el ciudadano para
convencerlo, con hechos, de la importancia que tienen sus acciones y sus
decisiones políticas.
Seamos claros: luchar por la democracia no está exento de riesgos y
conflictos. Pero debemos aprender a encarar la responsabilidad de vigilar que
las decisiones gubernamentales se adopten por quienes estén orientados a
escuchar, conciliar, negociar y coordinar las tareas del desarrollo nacional
con vocación política, talento administrativo, y vocación.
Vivimos en una democracia y ésta no se agota, sino que comienza en las
elecciones. Los actos de gobierno deben ser responsabilidad permanente con el
mandato expreso y concreto de los ciudadanos. Se debe gobernar de cara al
pueblo, con actitud convencida y de servicio y con plena conciencia de que el
pueblo vigila, supervisa y evalúa de manera cotidiana los actos de los
gobernantes.
El avance de la democracia obliga a un ejercicio colectivo de autocrítica
en el gobierno, en las organizaciones sociales, en los partidos políticos, en
la administración, en el trabajo, en la práctica profesional, en las
organizaciones sociales. Una nueva cultura política de participación, de
moderación, es un imperativo democrático. Todos tenemos una obligación para
desterrar la ineficiencia, la irresponsabilidad, el incumplimiento, la
irregularidad y la corrupción que nos daña a todos.
Hay un entusiasmo por desatar los cambios más importantes y profundos que
un estado, una nación, asumen cuando están decididos a cumplir con los valores
que profesa. Nuestros valores demandan hoy un auténtico ejercicio de nuestra
libertad política: nuevas y mejores formas de conciliación, consulta y
negociación.
Formas benéficas de encuentro entre los grupos, entre las regiones, los
poderes, el ciudadano y el Estado. En suma: del establecimiento y vigencia
plena de una cultura de la ley, del respeto, de la tolerancia, de la
autocrítica, del cambio con rumbo, con claridad histórica.
Este es un tiempo histórico. El clamor de todos es por más democracia. Nos
toca hoy comprometernos para conducir el cambio y la transición democrática.
Debemos evitar el exacerbamiento de los conflictos, la intolerancia y el uso de
recursos no políticos.
Entre todos debemos conducir los cambios que interesen verdaderamente al
pueblo. No se debe ceder ante presiones políticas de corto plazo, ni hacer
cambios sin la adecuada preparación, sustento, reflexión y previsión de
tiempos.
La urgencia la debe marcar nuestra convicción de apresurar el paso para resolver
los problemas del Estado, pero, sobre todo, la debe marcar el pueblo, el pueblo
de México.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. La gobernadora Indira Vizcaíno Silva entregó el nombramiento como
Secretario General de Gobierno a Eloy García Alcaraz. La anterior responsable
de esa dependencia estatal fue designada por su partido, MORENA, como candidata
a presidente municipal de Cuauhtémoc.
La responsabilidad para el nuevo funcionario estatal es mayúscula, porque
llega justo cuando las campañas electorales están ya en el punto de partida y
su tarea fundamental es establecer contacto con los dirigentes partidistas y
actores políticos para tratar de tener un proceso electoral en relativa calma,
con las excepciones ya sabidas de las declaraciones tronantes de algunos
candidatos o dirigentes partidistas.
Sólo el tiempo permitirá saber si su gestión fue exitosa. Sus hechos serán
la mejor prueba de su actuar en la responsabilidad conferida.
Por el bien de Colima, deseo, espero, un desempeño exitoso a Eloy García
Alcaraz.
2. La violencia invade a Colima. Eso es un hecho innegable. La inseguridad
provoca muchos problemas en la vida de los colimenses. Problemas sociales, pero
también económicos y políticos. Los tres niveles de gobierno tienen una responsabilidad
compartida. Asumir su parte es un necesario ejercicio de congruencia política,
de sensatez.
3. Deberíamos añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: el
derecho al desorden y el derecho a marcharse. Charles Baudelaire.
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