Agenda Política
Por
Miguel Acosta Vargas
El
enfrentamiento
El
asunto del incremento a los salarios de los trabajadores sindicalizados del
gobierno estatal, de los municipales, de los organismos para municipales y
paraestatales, así como de los poderes legislativo y judicial, ha enfrentado a
los titulares de los poderes y ayuntamientos, con las organizaciones sindicales
de esos trabajadores.
La señora
gobernadora, Indira Vizcaíno, se reunió con quienes presiden los ayuntamientos
y obtuvo su aceptación de ofrecer un máximo del 3% de incremento a los
trabajadores. El único sindicato en rechazar públicamente el ofrecimiento fue
el Sindicato de Trabajadores al servicio del Gobierno del estado, presidido por
Martín Flores.
El
dirigente sindical anunció la realización de una consulta a todos los
trabajadores para saber si aceptaban o rechazaban el ofrecimiento hecho por la
señora gobernadora. El resultado fue lógico: rechazo absoluto a la propuesta
del 3% de incremento.
En este
contexto, es necesario precisar un hecho: el gobierno federal otorgó a sus
trabajadores un incremento mayor al 7%, aunque es apenas igual a la inflación habida
hasta diciembre de 2021. La distancia entre uno y otro es evidente para
cualquiera.
Desde
la semana pasada, se han publicado en redes sociales los incrementos otorgados
a los titulares de diversas dependencias de primero, segundo y tercer nivel en
la administración estatal. Los incrementos son brutales, descomunales, sobre
todo por la cantada escasez de recursos económicos y por el ofrecimiento hecho
a los trabajadores sindicalizados.
Hasta
el momento de escribir estas líneas, el gobierno de la señora Indira Vizcaíno
no ha desmentido las publicaciones donde se señalan los incrementos otorgados a
ella misma y a sus funcionarios. Por ello, ante su silencio, se asumen como
verdaderas las cifras publicadas en redes sociales.
Un
gobierno no puede tener éxito si se maneja con falsedades y mentiras. Los
incrementos salariales no se otorgan unilateralmente, ni de manera
discrecional, están basados en un contrato renovado anualmente, donde se
especifican el incremento al salario base y a las diversas prestaciones
integrantes del convenio de particularidades.
Este
contrato es producto de una negociación entre dos partes: el poder ejecutivo
estatal y el STSGE. Por lo tanto, una declaración unilateral, rayana en el
autoritarismo, de la señora gobernadora carece de valor real, porque los
trabajadores no están obligados a aceptarla a rajatabla. Las instancias legales
están a su alcance.
La
declaración gubernamental me pareció una declaración de guerra al STSGE y a su
dirigente, Martín Flores. Como si con ello quisieran mostrar su deseo de
sacarlo de la dirigencia sindical y tener una dirigencia “a modo”.
Sin
embargo, en mi opinión, consiguieron el efecto contrario y en mi siguiente publicación,
diré por qué pienso de esa manera.
TRES
COMENTARIOS AL MARGEN
1.
Alejandro Moreno, Alito, hizo modificaciones en la estructura del CEN del PRI.
Allí quedó incluido José Ignacio Peralta Sánchez, exgobernador de Colima. Los
movimientos hechos por Alito muestran su evidente desesperación por mantenerse
en el cargo hasta el próximo año para asignar, sobre todo, las candidaturas
plurinominales. Alito es el gran enterrador del PRI y tiene en varios estados a
personajes similares a él, Colima es uno.
En este
sentido, pregunto: ¿se fortalece el CEN del PRI con la incorporación de
exgobernadores sin poder político, ni fuerza real en sus entidades?, ¿se
fortalece el PRI al incorporar a personajes rechazados en sus estados, algunos
de ellos perseguidos por la ley? Y, la última, pero no la menos importante: ¿piensa
hacerlos candidatos a puestos plurinominales, es decir, considera Alito designarlos
candidatos para obtener una mayor votación en los estados donde ya fueron rechazados?
2. En
la democracia, donde el debate es un instrumento indispensable, la decisión se
adopta tras el juego de las opiniones, no antes, ni por encima, ni a su pesar.
Pocas circunstancias tan propicias habría para ponderar las virtudes políticas
y morales del debate como la exaltación de la libertad de prensa. Ésta, la
prensa, es un foro natural para la deliberación. No el único, pero sí uno de
los más genuinos. Aquí andamos.
3. Con
el tiempo mereceremos no tener gobiernos. Jorge Luis Borges
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