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domingo, junio 12, 2022

 Agenda Política

Por: Miguel Acosta Vargas

El secuestro de dos mujeres en una de las principales avenidas de la capital del estado de Colima, nos dice a donde nos ha llevado la política implementada por el presidente de la república, de ofrecer abrazos en vez de combatirlos a balazos.

La acción emprendida por los parientes de una o de ambas secuestradas, el bloqueo del libramiento de Colima, justo antes de la salida a la Fiscalía General del Estado, fue una presión extra que metió presión a las autoridades estatales, sobre todo, porque generó un conflicto de tránsito al ser la ruta de los vehículos que llevan su carga al puerto, asunto resuelto por la autoridad municipal de manera más o menos eficiente.

Colima vive una inseguridad creciente desde el inicio de año. Eso es innegable. No sólo por el presunto o real enfrentamiento entre dos grupos criminales, sino porque la violencia se ha vuelto cotidiana, cercana a muchos habitantes de la zona conurbada.

¿Cuántos asesinatos, cuántos crímenes se han cometido de enero a la fecha?, no lo sé con precisión, pero lo ocurrido nos ha llevado a posicionarnos en los primeros lugares a nivel nacional.

Por desgracia, esa violencia, esa sensación de que puedes ser víctima en cualquier momento y lugar de un atentado, de un robo, de un secuestro, se ha normalizado. Hay miedo en los cientos de miles de personas que vivimos aquí.

A nivel federal hay una actitud que raya en la desvergüenza o el cinismo y su principal impulsor es el propio presidente de la república. La prueba de ello es lo ocurrido a los periodistas que viajaban a Badiguarato, Sinaloa, durante la última visita de AMLO. Al referirse al hecho: el presidente se molestó, y mucho, por “el escándalo” hecho por los periodistas por “el incidente” donde fueron retenidos en el camino por civiles en la carretera. “No les pasó nada”, dijo AMLO. La molestia del presidente no fue contra quienes cometieron el presunto acto ilegal, sino contra quienes lo difundieron en redes sociales, televisión y otros medios. Se molestó con las víctimas, no con los victimarios. NO dijo que no volvería a ocurrir un hecho tan grave como ese.

Algo similar ocurre en Colima: hay quienes, en Facebook, principalmente, muestran su repudio a quienes protestaron por ese lamentable hecho y, risiblemente, ¡mostraron su molestia, enfado y repulsión, por la incorrección del lenguaje usado por los parientes y amigos de las víctimas!

Desconozco, y no me interesa, si dichas personas cobran en alguna nómina oficial por hacer ese “trabajo” o si lo hacen por simpatía con el gobierno estatal o su militancia en Morena. No es relevante su razón, sino el hecho mismo de solidarizarse con los gobiernos y no con las víctimas.

Seguramente no entiendo esto porque ya tengo demasiados años. Espero que sea por eso.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN    

1.- Alito se reúne mañana con nueve expresidentes del CEN del PRI. Nada su razón, nada pasará. A diferencia de otros en su misma circunstancia, Alito tiene el control de los órganos de gobierno del partido y puede hacer lo que quiera, para desgracia de los priistas…y del país.

Las circunstancias actuales requieren partidos vivos, actuantes, donde los dirigentes tengan la capacidad para construir la unidad interna necesaria para recuperar la confianza ciudadana.

Alito es el enterrador del PRI. En cada elección hay un retroceso. Los números no mienten. En cada estado, del 2018 a la fecha, los votos del PRI han ido disminuyendo.

En los momentos actuales, se requiere un dirigente de la talla de Beatriz Paredes Rangel; por desgracia, no hay ya la Beatriz de hace años.

2.- Los pillos de antes, de siempre, pretenden darnos ahora lecciones de moral y ética. Tener más de 40 años de haber empezado a escribir en diarios locales, me permitió conocer los hechos de muchos. Por eso me río de quienes hoy pretenden dictar cátedra periodística y política desde Facebook.

3.- “La ignorancia no es un problema muy grave. La ignorancia, que sabe que es ignorancia, es muy accesible, quiere aprender generalmente. La que es peligrosa, es la ignorancia que se ignora, es el pequeño saber, el que piensa que sabe porque sabe apenas algo, y entonces empieza a discutir y ya no es accesible ya no abre sus puertas. Es lo que pasa muchas veces en las discusiones que tienen los jóvenes y los menos jóvenes, éstos, que se pretenden politizados, por ejemplo: leyeron tres líneas, citan a Marx, no leen a Marx porque Marx es muy difícil, citan a Lenin, no lo han leído tampoco, no saben de historia. Tienen tres cositas en la cabeza, las manejan así, a lo bestia, y ya las saben: esa es la ignorancia que se ignora. El problema es que en un sistema democrático es la ignorancia mayor. Esos se ponen a decidir y hacen mayoría, generalmente hay un filósofo y tres mil ignorantes, y los tres mil ignorantes son lo que ganan. Este es el gran problema de la democracia. La ley del bulto. No la ley de la razón”. Ikram Intaki

Agenda Política (agendapolitica.blogspot.com) 


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