La candidata panista a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, dijo que espera obtener 20 mil votos de diferencia a su favor en el municipio de Manzanillo y que en Tecomán tiene una ventaja de 2 a uno sobre el candidato priísta. Estas noticias pasaron casi desapercibidas debido a que en esta semana, y en la anterior, predominaron los escándalos y no las propuestas serias.
Mire usted, hubo el asunto del acto de campaña realizado por el secretario de la SAGARPA, Alberto Cárdenas Jiménez, y la consiguiente denuncia presentada por el PRI, así como la colocación de espectaculares donde se difamaba, de acuerdo con la ley vigente, al candidato del PRI a la gubernatura.
Por ello, declaraciones de esta naturaleza pasaron prácticamente desapercibidas para la mayoría de los comentaristas locales.
Por mi parte, no sé si la expresión de la candidata del PAN fue una afirmación, la expresión en voz alta de un deseo o una jaculatoria: “¡ay, Diosito Santo, haz que saque 20 mil votos de diferencia a mi favor en Manzanillo!”
Pero, en las condiciones actuales, no hay razones objetivas ni subjetivas para pensar en tal diferencia entre los candidatos del PRI y del PAN en Manzanillo, porque dicha diferencia depende del tamaño del universo de votantes que se maneje, es decir, de cuánta gente salga a votar, pero lo que sí se puede decir es que ambas declaraciones muestran la desesperación existente en el equipo de la candidata del PAN a la gubernatura.
Mire usted: aceptemos que por el hecho de ser porteña Martha, sus paisanos salgan a votar masivamente, digamos un 70 por ciento de ellos, pero ni aún así alcanzaría una ventaja tan grande como la anunciada. Si así ocurriera, serían, aproximadamente, 77 mil votos emitidos, lo que significaría que Martha sacaría 45 mil y el PRI 25 mil y los otros siete mil votos se repartirían entre anulados y los otros dos candidatos, más o menos.
Sin embargo, esto es prácticamente imposible, porque lo más que ha obtenido el PAN en una elección son 36 mil votos, con Nabor de candidato a la diputación federal, y ahora él va contra los panistas y eso contribuirá a disminuir el voto de los panistas, y no al contrario.
Eso implicaría que la panista obtendría el 58.44 por ciento de los votos obtenidos y el priísta apenas el 32.46 por ciento, es decir, que ni siquiera llegaría a lo que es el voto duro del PRI en Manzanillo. Absurdo, por supuesto.
Asimismo, si la votación estatal rondare el 60 por ciento, ello significaría que votarían, aproximadamente, 270 mil personas y un punto porcentual estatal serían 2700 votos. Pero en Manzanillo, con 77 mil votos, un punto porcentual, municipal, serían 770 votos y una diferencia de 20 mil votos significaría que Martha tendría una ventaja de casi 26 puntos porcentuales, lo que, en la actualidad, resulta prácticamente imposible para ella o para cualquiera.
Ahora bien, si en Manzanillo solamente votare el 60 por ciento, entonces sólo habría 66 mil votos, aproximadamente y un punto porcentual municipal serían 660 votos y 20 mil votos serían poco más de 30 puntos porcentuales. Aún más absurdo, todavía.
Así, el asunto de los 20 mil votos de diferencia en favor de Martha Sosa no pasa de ser una afirmación temeraria o una jaculatoria, y en ambas subyace su creciente desesperación.
Por otra parte, el asunto de que en Tecomán la candidata panista tiene una ventaja de dos a uno sobre el priísta, tiene menos sustento, aún.
Los priístas operaron bien en el asunto de los burócratas municipales al establecer una alianza que fue expresada cabalmente: los burócratas irán con todo con el PRI y con todos los candidatos, sin excepción. Hasta antes de este hecho, se pensaba que, en el mejor de los casos, los burócratas tecomenses se mantendrían al margen de las campañas. No fue así y el PRI resultó fortalecido con esta acción.
Los burócratas tecomenses participarán en tareas electorales con celo y plena disposición. Por ello, la expresión de su compromiso con el PRI y sus candidatos es una magnífica señal para este partido.
Así, no hay razones para que la candidata del PAN esté mucho mejor posicionada en Tecomán que en Manzanillo. ¿O es así porque allí no saben cómo es ella en realidad?
Ahora bien, la encuesta habría sido levantada por la empresa Punto Rojo, Marketing Consulting Group del tres al seis de junio. No fue presentada la ficha metodológica y sólo informó que se aplicaron 798 cuestionarios y no hay más datos, por ello no puede valorarse a plenitud la calidad del instrumento aplicado, ni la veracidad de los resultados presentados. Lo mejor de todo esto fue ver a Martha Sosa negando lo evidente, pues fue su coordinador de prensa quien firmó como responsable de la publicación de la encuesta. ¿Ello significa que la señora candidata no tiene ni la menor idea de qué hacen sus colaboradores, o es parte de su estilo de gobernar? Ahora entiendo por qué fue inhabilitada durante cinco años para el ejercicio de cargos públicos.
Para finalizar, debemos recalcar que, además de los errores y trapacerías de sus compañeros de partido y de vida, la principal causa de la desastrosa campaña para la gubernatura es la propia candidata, Martha Sosa de Rodríguez García.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Mis amigos José Antonio Fernández Cárdenas y Pedro Figueroa Fuentes, cumplirán mañana, 61 y 65 años de edad, respectivamente. Para ellos, mis deseos de que sigan viviendo de manera tan feliz.
2. ¿Dónde anda Virgilio Mendoza? Después del tercer Indigazo recibido, el candidato panista a la diputación federal por el segundo distrito, anda perdido o escondido, casi en la clandestinidad. Se nota que le ha afectado mucho el Indigazo. Según fui informado, Virgilio hace campaña en Armería y Tecomán. Reporte Indigo casi acabó con el “muchacho alegre”.
3. Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho. Marco Tulio, Cicerón.
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