Colima vive una paz sólo rota por los discursos de los cientos de candidatos que andan en busca del voto popular. Vale la pena aclarar que también ha sido rota, la paz de que disfrutamos, por los descabezados que han sido abandonados, sobre todo, en Manzanillo.
Si usted dejara de escuchar la radio, leer periódicos –menos Milenio, por supuesto- y no viera televisión, estaría total y absolutamente de acuerdo conmigo, estoy seguro de ello.
Todas las pasiones propias de un proceso electoral, aun éste tan soso, no han logrado despertar a la sociedad colimense, que continúa adormilada. Más allá de tres o cuatro golpes de ingenio, las campañas se han caracterizado por ser sosas, aburridas, adocenadas.
Si usted forma parte de un equipo de campaña de cualquiera de los candidatos que participan en este propósito, podría decir que mis palabras faltan a la verdad o que, en el mejor de los casos, no son ciertas del todo, pero, entonces, le haría, le hago, algunas preguntas: ¿cuáles son las propuestas que han quedado en lo que pomposamente llamamos “el imaginario colectivo? ¿Cuáles son los jingles, que han permeado entre la población?
Es cierto, ha habido ingenio en el manejo de ciertos espectaculares, sobre todo por parte del equipo del candidato del PRI, con el asunto de los tonos de celular y de los resultados del debate, pero están allí, como parte del anecdotario, como golondrinas que no hacen verano.
Ahora, un grupo de respetables ciudadanos ha iniciado un proceso para examinar las propuestas de cada uno de los candidatos a gobernador. El primero en acudir al llamado fue Gabriel Salgado, expanista registrado por Convergencia para este proceso electoral.
Las notas más interesantes del proceso electoral han sido los escándalos de los candidatos panistas y sus simpatizantes y esposos, aunque el mayor ridículo, porque fue hecho en televisión abierta en entrevista con Sergio Sarmiento, -en horario nocturno, sólo para mayores- por la propia Martha Sosa de Rodríguez García, al señalar, sin ningún rubor ni pudor, que en Colima, en todo el estado, el 20 por ciento de las personas viven en pobreza extrema. Sergio sarmiento puso cara de ¡¿what?!, y le dijo con mucho cuidado a la entrevistada: ¡¡¡pero eso está por encima de la media nacional!!!, y la candidata del PAN a la gubernatura remarcó su dicho: 20 por ciento de la población de Colima vive en pobreza extrema.
Ante la duda, consulté al INEGI, quienes me remitieron al Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), donde encontré los datos siguientes: en situación de pobreza alimentaria, tres municipios están en el rango de 5.4-8.2, uno está en el rango de 11.0 a 13.8, cuatro están en el rango de 13.8-16.6 y, finalmente, dos están en el rango de 16.6-19.4. Ningún municipio está en 20 o más. Declaró en falso la señora candidata del PAN.
Por otra parte, en el concepto de grado de rezago social, vale la pena decir que en Colima, nueve municipios se encuentran ubicados con un muy bajo grado de rezago social y uno en bajo. En Colima, reitero, no hay ningún municipio catalogado con alto, muy alto o, siquiera, nivel medio de rezago social. ¿Entonces? Bueno, la señora candidata del PAN nos dio una muestra clara de no saber de qué habla y de que, en cuanto tiene la oportunidad, dice falsedades o, peor aún, mentiras plenas.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Esta es mi primera colaboración en Milenio, espero haya muchas más. Agradezco la invitación de Bernardo Corvera para integrarme a este equipo.
2. Con el lamentable accidente provocado por el señor esposo de la candidata panista a la gubernatura, Martha Sosa de Rodríguez García, nacida en la primera mitad del siglo pasado, se provocó, desde mi punto de vista, una innecesaria tormenta mediática y mostró, por lo menos, dos aspectos de la señora candidata: la señora dijo que su prioridad fue atender el asunto de la menor atropellada y para ello envió a sus colaboradores y, segundo, que a su esposo no lo había visto, tampoco, pero se supo que envió abogados a respaldarlo. Veamos: la señora no fue a ver a la menor atropellada ni a su marido. Para ella, ninguno de los dos fue importante. Lo fue más su campaña. No hay excusa ni pretexto para la manera como se condujo en esta situación.
La señora candidata panista a la gubernatura mostró, en los hechos, el nulo interés que tiene por la gente, no importa que tan cercana o lejana esté de ella. Esta fue la gran enseñanza que nos dejó el accidente donde el señor Ignacio Rodríguez García atropelló a una menor.
Si no tuviera razones de más peso para no votar por ella, ésta sería más que suficiente para hacerlo en contra suya. El desapego y la indiferencia mostrada, a más de la notoria desesperación por torcer los hechos mismos, son razones más que suficientes para decidir casi a cualquiera a no votar por una candidata con esas características.
Si usted, amable lector, considera que exagero al respecto, lo único que debo decirle es que llegué a esta conclusión a partir de las respuestas dadas por la señora candidata del PAN. Mire usted, éstas son las preguntas hechas por los reporteros en la conferencia de prensa dada por la candidata panista a la gubernatura y sus respuestas. Dijo la señora Sosa de Rodríguez García: “¿Usted tuvo contacto con los familiares de la niña?”
“A través de mis colaboradores.”
¿En qué lugar está detenido en estos momentos?
“Desconozco, donde está detenido, de todo lo jurídico de mi esposo no les puedo decir nada en este momento, les ruego que me comprendan, yo quise salir a darle la cara a la opinión pública, a la sociedad, como aspirante a la gubernatura que se preocupa primero por la gente, por quien lamentablemente tuvo este accidente, mi esposo también me preocupa obviamente, pero creo que ocupa un segundo término que ya lo estaremos atendiendo y en el resto de los días se dirá lo correspondiente.” Fin de la cita.
3. Siempre es peor el día siguiente. Lucius Annaeus, Séneca.
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