La victoria del PRI en Coahuila es inobjetable, contundente y legal. ¿Recuerda usted esas famosas palabras del presidente del comité nacional del PRI, Jorge de la Vega Domínguez?
Ahora pueden ser aplicadas, sin rubor alguno, a los resultados obtenidos por el PRI en aquella entidad.
El PAN fue el partido que más perdió en esta elección, porque actualmente tiene cuatro diputados de mayoría y cinco plurinominales y tras este domingo negro, los panistas fueron incapaces de ganar en ningún distrito. Pero, he aquí la magia de la distribución de los diputados plurinominales, al final de cuentas el PAN podría mantener su mismo número de legisladores, nueve, sólo que ahora todos serían plurinominales.
No es un caso menor el de Coahuila, que marca una tendencia y un manejo del PRI en las elecciones locales y también porque es un estado en el que la presidenta del SNTE, la Maestra Elba Esther Gordillo Morales, tiene grandes intereses y, una vez más, como en las demás elecciones intermedias, el PANAL se alió con el PRI y obtuvieron excelentes resultados.
Ganar los 20 distritos en disputa no es asunto fácil. No importa si el PRI, para lograrlo, debió aliarse con el PANAL y con un partido local, Unidad Democrática de Coahuila. Eso es lo deseable, y esperable: que los partidos en el gobierno puedan llevar a cabo alianzas
Políticas y electorales que les permitan no sólo mantenerse en el poder, sino, de ser posible, arrasar en los comicios locales.
Pero esa es la realidad en Coahuila. Punto. No es repetible en automático en todos y cada uno de los estados del país. Las elecciones son casuísticas, así que las generalizaciones o las analogías tienen poco valor de verdad en la emisión de “verdades” aceptables para todos los casos en disputa.
Ya se vio en dos casos, Jalisco y Baja California, lo que implica tener de rival al PANAL en una lucha por la gubernatura. Con tan sólo 45 días de campaña para los candidatos a gobernador, una intervención dura, como las realizadas en la zona conurbada de Guadalajara y en Tijuana, impidieron que el PRI se alzara con victorias en ambos casos. Y en los dos estados, los candidatos del PRI eran presidentes municipales exitosos, uno de Tijuana y el otro de Zapopan.
Por eso, la victoria priísta en Coahuila puede alegrar a los priístas de todo el país, pero no pueden, no deberían, pensar alegremente que los triunfos del PRI son ya un asunto irreversible y que, porque se ganó en Veracruz, Oaxaca, Puebla, Tamaulipas, Coahuila, Nayarit y se avanzó en Morelia, los triunfos del PRI son ya irreversibles e irrefrenables.
Ahora bien, lo mejor del triunfo absoluto del PRI y sus aliados en Coahuila fue que arrebataron al PAN su bastión electoral: Torreón. Los cinco distritos ubicados en este municipio, cuatro de ellos en poder del PAN hasta hoy, fueron ganados de manera amplia por el PRI y sus aliados.
Para que se de usted una idea de la magnitud de la victoria del PRI y de la desaparición, en los hechos, del PRD, le doy algunos datos: faltando tan sólo 36 casillas por capturar, los resultados son los siguientes: PAN, 127, 344 votos; PRI, 410,493; PRD, 25,577; PT, 11,899; VERDE, 13,592; UDC, 23,081 y, finalmente, PANAL, 12,238.
Lo curioso de esta victoria avasalladora del PRI en Coahuila, estriba en que este partido y el PAN, mantendrán el mismo número de diputados que tienen en la actualidad: 20 y nueve, respectivamente.
Pero lo cierto es que el PRI de Coahuila mostró que, tal como ocurrió en Puebla y Oaxaca, los gobernadores pueden ser los más cuestionados por la prensa nacional y ello no tendrá ninguna repercusión negativa en las elecciones intermedias si, como ha ocurrido en los casos citados, el gobernador establece políticas de alianza, tanto al interior como al exterior de su partido. Ese ha sido el éxito de Mario Marín y Ulises Ruiz. Operar alianzas con las fuerzas reales locales, tanto de su partido, como de la sociedad.
Lo interesante de esto es que el PAN fue barrido absolutamente y sus 127, 344 votos apenas representan el 31 por ciento de los obtenidos por el PRI, es decir, los priístas obtuvieron poco más de tres votos y un tercio, por cada uno de los obtenidos por los panistas. Esa fue golpiza.
Las victorias se construyen a pedazos. Pero aquí es como en el juego de Juan Pirulero: cada quién atiende a su juego. En cada entidad, los partidos construyen sus victorias electorales de la mejor manera posible: desde antes del día de la jornada electoral.
Coahuila ya estuvo.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. “Era una mañana luminosa, como la sonrisa del joven empresario, que veía a la mujer con interés evidente. No esperó para decirle el motivo de su repentina aparición: ¡tienes que entrarle, tía!, le dijo. No tiene por donde fallar el negocio.
Tranquilo sobrino, dijo la señora, ¿de qué se trata?, preguntó. De un gran negocio, le respondió su pariente.
No podemos perder, le reiteró el joven. Nos prestarán dinero de la Secretaría, ya lo tengo todo arreglado.
Si ya lo tienes arreglado, como dices, ¿para qué me ocupas?, preguntó la señora.
Porque no puede aparecer mi nombre, respondió de inmediato el joven.
¿Dónde pondríamos el negocio?
En la casa de mis papás, le respondió de inmediato.
¿Allí?
¡Sí!, allí, porque mis papás ya no ocupan la casa y hay suficiente espacio y estacionamiento.
Déjame hacer una llamada a un amigo, dijo la señora.
El sobrino, rápidamente le tendió su celular y le dijo: marca desde el mío.
La señora entendió el interés de su sobrino y le dijo: no, deja, marco desde el mío.
La señora habló con su amigo, por la conversación se pudo entender que era un altísimo funcionario federal, panista para más señas, a quién le dijo de la invitación que le hacía su sobrino.
Por la conversación, el sobrino supo que no habría negocio: “acta constitutiva”, oyó, “mitad y mitad”, “¿vienes la próxima semana?”, “, sí, yo te muestro todo antes”, ok, ok, ok.
Al terminar su llamada, por la cara del sobrino, la mujer entendió que ya no habría negocio.”
Hasta aquí la primera parte de la historia de la tía y el sobrino. Habrá más andanzas del sobrino en este espacio.
2. La indiscreción de una justicia que querría reglamentar el comercio entre los sexos siempre ha producido la peor de las inmoralidades: la criminalización del instinto sexual es un impulso estatal al delito. Karl Graus
3. Política es el arte de evitar que la gente se preocupe de lo que le atañe. Paul Valery
http:www.agendapolitica.blogspot.com
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