Agenda Política
Por Miguel Acosta
Vargas
La salud, de mal en peor
El 30 de septiembre concluye el mandato dado por la mayoría de quienes
votaron en 2018 para presidente de la república a Andrés Manuel López Obrador. Concluye
el mandato legal, pero inicia el periodo transexenal del propio AMLO.
Eso es harto evidente.
Hoy me quiero referir sólo a uno de los ámbitos del gobierno de AMLO y sólo
en Colima. El manejo de los servicios de salud para los empleados federales en
el Estado de Colima, quienes son atendidos en las instalaciones del ISSSTE
existentes en Colima.
En la clínica principal, ubicada en la ciudad de Colima, hay graves problemas
con el mantenimiento de las instalaciones y como muestra cabal de ello están
los baldes y cartones colocados en el piso de algunas de esas oficinas para
recibir ahí las gotas que caen de los techos de algunas de esas instalaciones, cualquiera
puede verlos. Tienen ya algún tiempo y los hongos pululan en esos lugares.
No hay medicamentos para todos los pacientes, y no hablo de los especiales
o de última generación, sino de los comunes.
Las intervenciones quirúrgicas también se han reducido en cantidad, debido
a la carencia de los elementos mínimos necesarios para realizarlas.
Los trabajadores del ISSSTE hacen milagros día tras día para atender lo
mejor posible a quienes requieren de sus servicios, tanto los del ámbito administrativo,
como los médicos y enfermeras, quienes muchas veces son quienes reciben las
quejas, lamentos y hasta los insultos por la carencia de medicamentos o la
posposición de las operaciones quirúrgicas.
Mis respetos y mi reconocimiento para quienes ahí trabajan de verdad y
tratan de atender de la mejor manera posible a quienes requieren de sus
servicios.
Ahora, muchos medicamentos han dejado de entregarse a los pacientes porque
algún empleado administrativo de oficinas centrales decide no entregarlo
porque, sin ser médico y sin conocer el expediente del paciente, decide con su
dedito quién recibe medicamento y quién no lo recibe.
En pocas palabras, personal ignorante de oficinas centrales del ISSSTE, utiliza
el método de la tómbola para autorizar la entrega de ciertos medicamentos a los
pacientes. No es con criterio médico, sino con el criterio burocrático,
autoritario y dictatorial como se decide quién sí y quién no recibe
medicamentos en el ISSSTE.
Estos son hechos, no palabras.
Esto es Colima.
Esto es México, no Dinamarca.
1. La deuda sexenal se incrementó en
seis billones de pesos con AMLO. No sólo eso, también acabó, prácticamente, con
los recursos existentes en muchos fideicomisos creados para apoyar diversas
situaciones extraordinarias. Es un pésimo presidente. Sus hechos lo prueban. El
retroceso en materia de salud, educación y seguridad pública y nacional no
tiene comparación en la historia reciente de México. Pero fue un excelente demagogo y lo digo en serio.
“Demagogia (del griego δῆμος -dēmos-, 'pueblo' y ἄγω -ago-, 'dirigir') es
una estrategia utilizada para conseguir el poder político que consiste en
apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar
apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la
desinformación, la agnotología y ...”
2. Las calles de Colima están cada vez peor. Esa es toda una hazaña difícil
de superar. Una felicitación sincera a quienes participaron en este enorme
logro: dejar las calles de la ciudad de Colima en peor estado de como las
recibieron al iniciar su mandato.
3. Lo siguiente es una muy pequeña parte de lo dicho en la sesión plenaria
del Consejo Político estatal del PRI en Colima, en el año dos mil.
“Como dice mi padre, y dice bien, sólo hay un corto trecho del silencio en
las palabras, al silencio en la conducta.
¿Cuánto tiempo lleva recorrer ese trecho? Y cuando se recorre, ¿qué nos
queda? ¿Sólo la ignominia? No pienso así. En las raíces del partido se hallan
las razones de su persistencia y fortaleza.
El PRI es un partido histórico: legatario y transmisor de las mejores
causas populares. Lo es, pese a sus
errores y tropiezos. Lo es, por encima de las claudicaciones y los atropellos
de sus dirigentes, por quienes no debemos responder todos, ni estamos
dispuestos a hacerlo.”
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