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jueves, febrero 15, 2007

Agustín Martell Valencia, Patadas De Ahogado

El lunes de esta semana, en Ecos de la Costa se publicó una nota donde el dirigente del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, Martín Flores Castañeda, informó que el porcentaje solicitado al patrón como incremento salarial, es del 15 por ciento.

Si ya de por sí el asunto del monto solicitado es poco común en estos tiempos en que los incrementos autorizados hasta hoy por el gobierno federal y diversas empresas e instituciones públicas difícilmente llegan al 4.5 por ciento, lo es más cuando en la misma nota se informa que el secretario general de la Unión de Sindicatos del Estado de Colima, Agustín Martell Valencia, declaró que solicitan un incremento del 10 por ciento.

Por supuesto, Martín Flores Castañeda puntualiza que “el único que negocia con el gobierno del Estado, es el Sindicato del Gobierno del Estado y nadie más, no hay otra negociación”.

Pero los siguientes tres párrafos de la nota referida no tienen desperdicio, cuando se dice que: “Sobre la relación entre los sindicatos, Flores Castañeda, dijo que es muy respetuoso de la relación, sin embargo, enfatizó que el Sindicato de Gobierno se dedica a trabajar y no sólo a dar declaraciones; “y el trabajo está muy claro, el pliego petitorio es nuestro, lo presentamos en público, con motivo del saludo de Año Nuevo al gobernador, y estuvieron todos los delegados y estuvieron más de doscientos trabajadores, y no con cinco personas. Asistieron todos los dirigentes de los sindicatos”.
“Explicó que el pliego petitorio del Sindicato del Gobierno del Estado; “consta de 15 puntos el cual es respaldado por los demás sindicatos municipales, que están a la espera de nuestra negociación para beneficiarse con el incremento de salario y prestaciones. Y con el gobierno del Estado sólo negocia el Sindicato del Gobierno”.
“Dijo que ante la discrepancia ente los líderes sindicales, no se pone en riesgo la negociación cuando existe una solicitud del 10 % y otra del 15 %; “nosotros vamos por todo, lo que podamos hacer para el beneficio de la gene, nosotros estamos en nuestro planteamiento porque los demás no han pedido nada, no pueden pedirle a gobierno del Estado, el único que le pide es el Sindicato del Gobierno del Estado”. Fin de la cita.

La precisión es muy clara: el único que negocia con el gobierno del estado es el sindicato que agrupa a los trabajadores del gobierno del estado. Por supuesto: ¿quién más podría? No hay otra organización que negocie en su nombre, sólo ellos pueden hacerlo.

Por otra parte, lo dicho por Flores Castañeda es sabido por mucha gente: el convenio de homologación obliga a los ayuntamientos a otorgar el mismo incremento salarial que el gobierno estatal otorga a sus trabajadores. Así está convenido formalmente y los trabajadores y autoridades lo saben muy bien.

En ese sentido, ¿qué valor, qué importancia tiene que Agustín Martell Valencia diga que los trabajadores van a luchar por éste o aquel porcentaje de incremento?

Veamos: Agustín Martell es dirigente de una organización que agrupa a los sindicatos municipales, al del gobierno estatal y a los de las paraestatales, paramunicipales y organismos descentralizados. Se integra con representantes de cada una de estas organizaciones y quienes la dirigen están comisionados en sus respectivas plazas laborales para poder cumplir con las tareas encomendadas.

Sin embargo, cada uno de los integrantes de esta unión sindical se maneja de manera autónoma, independiente, sus problemas los resuelve por sí mismos, es decir, cada sindicato resuelve sus problemas con sus respectivos patrones y sólo que requiere ayuda y sólo si la solicita, la Unión participa.

Por supuesto, la Unión sirve a los trabajadores, como se demostró ahora en el caso de la huelga de Tecomán. Sirve a los dirigentes para comentar y analizar sus problemas y para encontrar soluciones entre todos. Es un espacio para la organización y la solidaridad gremial. Debería serlo también para fomentar la actualización y capacitación de los dirigentes y trabajadores.

En este sentido, que Agustín Martell Valencia diga que “su” organización pedirá un 10 por ciento de incremento, solo tiene valor declarativo, pues no conlleva ningún peso real a la hora de la negociación, porque no forma de la única organización autorizada para llevarla a cabo: el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado.

Por ello, esta afirmación gratuita no tiene razón de ser en términos laborales o de negociación salarial, pero resulta harto entendible desde el punto de vista de la negociación política para el propio Martell Valencia, ahora que su salida de la CNOP se acerca.

En fin.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1.- Es grave lo afirmado por el secretario general del sindicato de trabajadores al servicio del ayuntamiento de Colima, Héctor Arturo León, en su colaboración semanal en Ecos de la Costa. Grave porque lo dice, precisamente el dirigente de los sindicalizados. Grave porque dice que funcionarios de Mario Anguiano Moreno, (MAM), están dedicados a generar problemas entre la parte oficial y la sindical. Grave porque es una afirmación hecha por su propia voluntad, no fue en una conferencia de prensa o en un boletín informativo, sino en su propio espacio editorial.

Lo grave no es que lo diga, sino que sea cierto lo que dice, porque entonces tendríamos a una administración municipal donde hay funcionarios que pretenden socavar el trabajo, y una eventual candidatura a la gubernatura, de MAM, su jefe.

Lo denunciado en el sentido de que funcionarios de la Oficialía Mayor realizan actos que violentan los derechos laborales, o que mediante esos actos pretenden restringir o menoscabar los derechos de los trabajadores y de sus dirigencias.

Grave, insisto. Más lo es porque ya son varios los enfrentamientos que funcionarios han tenido con el sindicato. Esta es una manera segura de fracasar en una gestión pública: Elías Martínez dio un gran ejemplo al respecto y Mario Anguiano Moreno sabe lo importante que es tener la casa en orden, para dedicarse a ir a pescar partidarios en las nueve casas restantes.

Ojalá Mario Anguiano Moreno actúe pronto y bien, como lo ha hecho hasta hoy, para resolver estas situaciones que pueden convertirse en serios problemas.

2.- MAM es mi ídolo. Tengo muchos años de conocerlo y debo decir que desde la primera vez que hablé con él, me impresionó. Le guste o no a muchos, es un hombre carismático, quien se distingue su buen humor y es agradable, dicharachero, nada ególatra, soberbio o prepotente, lo que demuestra que tiene una buena educación familiar y un origen humilde, popular.

Su vida pública ha sido, casi siempre, exitosa. MAM es un hombre al que hasta sus malquerientes le reconocen su valía.

Al paso de los años, MAM ha mostrado a todos de lo que es capaz un tipo como él. Me consta que en Colima se le admira y reconoce, como lo hemos constatado muchos en diversas ocasiones.

Algo muy importante que debe destacarse de MAM es que, a diferencia de muchos de sus colegas, los éxitos alcanzados en su vida pública han sido, precisamente, por sus propias virtudes y capacidades y no, como se ha dicho en reiteradas ocasiones, por el apoyo de otros.

A MAM se le ha criticado acremente, ahora y en otros tiempos, por algunas de sus amistades, las que él no ha negado y, por el contrario, las ha llamado a estar cerca de él en sus horas de triunfo. No importa que estén presuntamente ligados a actividades no lícitas. Eso es tener valor y afrontar las consecuencias de sus actos. Ha desafiado a sus críticos a sabiendas del costo para su carrera.

Por eso, MAM es mi ídolo. Por eso, creo que debería hacérsele un homenaje a quien muchos reconocemos como uno de los mejores cantantes de música popular que hemos tenido en los últimos 50 años: Marco Antonio Muñiz.

3.- “Estamos especializados en una armoniosa repetición del desastre y la estupidez” Terenci Moix

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