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miércoles, noviembre 22, 2000

La hora del Silencio

Estos días han sido de guardar. Sí, de guardar silencio ante las barbaridades sin fin dichas ora sí, ora también, por los miembros de la clase política local. Entre quienes se llevan las palmas se encuentra el hoy síndico del H. Ayuntamiento capitalino, el exdiputado plurinominal paanredista, Marco Antonio García Toro. Me explico.

Sus declaraciones son de antología porque dice que la autoridad municipal, de la cual sólo es un integrante más pero no su vocero ni su titular indivisible, ya determinó que no habrá elecciones para las Juntas Municipales y las Comisarías. En primer lugar, su afirmación la hace ver como una decisión ya tomada, como un hecho consumado, pésele a quien le pese. Eso estaría por verse. Hasta este momento no se sabe que el asunto hay sido tratado en el seno del Cabildo y menos que se haya tomado una decisión al respecto.

Por otra parte, dice el síndico, de quien su protagonismo es sumamente conocido, que no fueron ellos –el cabildo, supongo– quienes reformaron la ley orgánica del municipio libre y que por ello no son responsables de que ahora el ayuntamiento tenga facultades para decidir si se designan las autoridades auxiliares o si se lleva la democracia hasta sus últimas consecuencias y se consulta a las comunidades para saber a quiénes desean tener como autoridades comunales. En este sentido, el síndico y exdiputado plurinominal panredista, Marco Antonio García Toro, sufre de amnesia o asume una conducta poco honesta y poco ética al no hacer notar su participación directa en esa reforma antidemocrática. Como parte del Congreso ¿ se opuso a esa reforma? ¿Votó a favor? ¿ Cuál fue su postura entonces? ¿Cuáles sus argumentos?

El autoritarismo, el ejercicio unilateral del poder público, son característico de los regímenes de derecha. Lo hemos visto antes y lo confirmamos ahora, con las declaraciones del síndico y las del propio secretario del ayuntamiento capitalino, que van en el mismo sentido.

Las nuevas autoridades municipales están ante la disyuntiva de mostrar en los hechos su vocación democrática. Los discursos al respecto los soltaron en la campaña. Entonces todos eran democráticos, pero en el ejercicio del poder público, los hechos los refutan cotidianamente. Esta es la oportunidad que tienen para ver su calidad política.

En el pasado, Carlos Vázquez Oldenbourg y Martha Leticia Sosa Govea demostraron que no les importaba en absoluto respetar la voluntad y la decisión tomada por los ciudadanos de Tepames y El Colomo, respectivamente. Sobre la voluntad de los ciudadanos de aquellas localidades, impusieron la propia y mantuvieron una guerra permanente contra toda la población que se atrevió a disentir y a expresar su propia opinión, sus propios deseos. De nada valieron las protestas y las quejas presentadas ante las autoridades correspondientes, nada les hizo bajarse de su macho impositivo. Allí están los hechos y la lucha heroica de Tepames, hasta donde fue llevada la Dirección de Desarrollo Rural, en un deseo de deslegitimar el trabajo de los miembros de la Junta. Allí están los resultados: en ambas poblaciones rechazaron a estos alcaldes.

¿Esto quieren Marco Antonio García Toro y el Secretario del Ayuntamiento de Colima? ¿ O se trata de crearle problema de carácter político a Enrique Michel Ruiz, su jefe político para que no alcance la candidatura panista a la gubernatura?

No lo sé, pero no encuentro otra explicación. Si alguien encuentra alguna razón mejor, por favor envíemela a macosta@demasiado.com o a acosta1@starmedia.com. Se los he de agradecer.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1.- “(...)Hoy, nos dolemos de políticas económicas cuya aplicación ha lacerado al país y ensombrecido sus días: de ellas procede ese inmenso contingente de mexicanos en pobreza extrema, esto es, en franca y dolorosa miseria. Un contingente de millones, no sólo un puñado. Ayer, nos avergonzaba impulsar la pretensión de justicia social y hoy nos dolemos de haberla abandonado y sustituido por un catálogo aséptico de medidas administrativas.

Hoy nos dolemos del olvido de una Revolución popular en aras de un breviario de programas, acciones, metas y lineamientos carentes de espíritu y, por lo visto, también de cuerpo. De todo eso, y más, nos dolemos hoy. Por todo eso, y más, debemos repensar a México y rehacer su camino y su destino. (...)”.

2.- ¿Puede haber sesión general de Congreso sin la presencia de los legisladores priístas? Por supuesto, no habría problema para ello; sin embargo, el asunto no es de número, sino de hecho. Por otra parte, coincido con quienes hablan de la doble y triple moral de los panistas.

3.- “(...)Hay algo que Dios ha hecho mal. A todo le puso límites menos a la tontería (...)” Konrad Adenauer

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