Las campañas de los candidatos a gobernador se encuentran en su primera etapa. En los próximos dos meses, la población verá pasar a uno u otro candidato en busca de ciudadanos que convencer, de quejas y problemas que escuchar y propuestas de solución que discutir.
Ayer por la tarde, una persona decía que su voto sería para Carlos de la Madrid, aún cuando no era miembro ni militante del PRI. Explicaba que votaría por el candidato priísta porque lo conocía hace ya muchos años, que sabía de su actuación como funcionario estatal, como diputado y al frente de la presidencia municipal. Todo ello, le permitía valorar adecuadamente y estar dispuesto a entregar un voto por De la Madrid Virgen.
Este razonamiento fue repetido por un destacado panista manzanillense. El decía que el conocimiento y el trato con el candidato priísta lo había hecho durante muchos años; que había requerido sus servicios como notario y que le había sorprendido la seriedad y profesionalismo con que se desempeñaba. Asimismo, dijo que en el tiempo que había participado en la política, su actuación había sido ejemplar.
Esto es algo que se repite en el estado. Corresponde a otros decir si ello es bueno o malo; lo cierto es que se le considera un hombre honrado, capaz de escuchar a todos, que acepta sus errores, que los enmienda, pero que no admite presiones, sobre todo cuando éstas son hechas por grupos con intereses que se oponen a los de la mayoría.
Hasta hoy, excepto en la prensa, los candidatos de oposición no han hecho nada serio por conquistar el voto ciudadano. Están en la fase declarativa: muchas conferencias de prensa y poco trabajo de proselitismo. Con sobrada razón, alguien decía que los candidatos de oposición hacen mejores campañas en los medios de comunicación que en la realidad. Lo que dicen no corresponde con lo que hacen.
Andan queriendo levantar el fantasmón de 1988, como si las condiciones políticas y sociales fuesen las mismas o se repitiesen de manera mecánica. Es difícil, muy difícil que ello ocurra. Pese a lo que algunos dicen, las condiciones han cambiado, existe mucha mayor confianza en este gobierno que en el anterior y hay todo un universo de gente comprometida en un proceso de cambio que permita que el desarrollo de la entidad no sólo se mantenga, sino, lo mas importante, se incremente en los próximos seis años.
En esta circunstancia, la tan cacareada unión coyuntural, suena a algo mas serio, de cuatro partidos de oposición (PAN; PRD; PRT y PDM), no representa nada en la realidad. Como decía don Fidel Velázquez: “la suma de ceros, da ceros”.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
Uno. Hoy, al filo de las 14 horas, estará en Colima el secretario de acción agraria y sindical del CEN de la CNC, Rafael González Pimienta, para darle posesión al nuevo delegado de esa central en el estado.
Hasta el día de hoy, Mario Luis Guzmán se desempeñó como el representante del CEN cenecista y coordinó trabajos en el proceso de selección interna del candidato a la gubernatura.
El nuevo delegado deberá apoyar al coordinador general en la organización del sector campesino para que participe de manera activa y decidida en el proceso político electoral presente.
Según se informó a Agenda Política, el coordinador cenecista es un oaxaqueño con amplia experiencia política y ha desempeñado comisiones en varias entidades del país.
Por ciento, González Pimienta fue delegado general del partido en Colima y actualmente es candidato a diputado federal por el XII distrito, en Jalisco. Tiene muchas probabilidades de que, si obtiene el triunfo de 18 de agosto, sea designado coordinador de la diputación campesina.
Al tiempo.
Dos. Tres nombres han sido manejados con insistencia en los últimos días para ocupar una curul en el congreso local: Antonio Ochoa Escamilla, Felipe Chávez Carrillo y María Elena Díaz Rivera. El primero de ellos, dirigente estatal de los pequeños propietarios, es un hombre serio, honrado, con capacidad de convocatoria y que en todo momento ha luchado por sus representados. Es un agroproductor exitoso y miembro distinguido del partido. Su postulación sería un acierto para el partido.
Por su parte, Chávez Carrillo tiene una larga trayectoria tanto en el partido como en la administración pública. Actualmente, dirige el Colegio de Abogados y cuenta con un gran apoyo entre los priístas de Villa de Alvarez.
En lo que respecta a María Elena Díaz Rivera, su caso es distinto. Ella resultó postulada a diputada federal por la vía de la plurinominalidad; sólo que iba en el catorceavo lugar de la lista en la cuarta suscripción. Ello hacía prácticamente imposible su llegada al congreso de la Unión, a menos de que hubiese una catástrofe electoral.
Ante estas circunstancias, Díaz Rivera solicitó al CEN del PRI que su nombre fuese retirado de la lista y que su organización, el CIM, la apoyase para obtener una diputación local, la que actualmente está en manos de Teresa Palomares Santoyo.
Así, tres aspirantes con cualidades están a la espera de lo que decidan quienes tienen la obligación de hacerlo y que tomen en cuenta los servicios que durante tanto tiempo han prestado al partido.
Tres. ¿Quién será el sustituto de Antonio Fabila como coordinador de la UNE en la entidad?
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