El Peje ganó una vez más. Fox reculó, como lo ha hecho en la mayoría de las ocasiones en que ha cruzado armas con Andrés Manuel López Obrador.
Nunca ha funcionado el área de inteligencia estratégica del presidente. Parece como si no existiera o, peor aún, como si actuara en sentido contrario a lo que le recomendaran.
Porque a pocos puede parecerles creíble lo que hace y dice el presidente. Me consta que en el Area de seguridad Nacional hay personas con sobrada experiencia para el manejo de conflictos como los habidos en el gobierno de Fox, pero, o mejor dicho, a pesar de ello, hemos visto como las decisiones presidenciales han sido las peores, tomadas en los peores momentos y con las mayores consecuencias negativas.
No ha habido una sola crisis que el mandatario haya manejado de manera exitosa. No la ha habido.
Vivimos bajo la la ley de la selva. En este país, en este momento, la gente hace lo que quiere, a la hora que quiere, como quiere y donde quiere y hasta contra o con quien quiere.
El narcotráfico se ha apoderado de nuestro país y esto no es sólo una figura retórica sino, desgraciadamente, lo que vivimos todos los días. ¿Cuál estado quieren de ejemplo?: ¿Morelos? ¿Michoacán? ¿Nuevo León? ¿Tamaulipas? ¿Sinaloa? ¿Baja California?
Para cualquier lugar donde usted voltee, puede encontrarse con el duro rostro del narcotráfico y sus consecuencias. Eso es una lacerante realidad.
El caso de Oaxaca es algo especial. Inició como un asunto de rezonificación. Pero ésta es una responsabilidad no sólo del gobierno estatal, sino, principalmente, del gobierno federal. La rezonificación es un proceso pendiente en el país, que ha avanzado de diferente manera en cada entidad, según las estrategias que las dirigencias sindicales en turno han seguido para lograrla o, en su defecto, acercarse a ella.
Pero debemos entender que, en principio, no puede hablarse en ninguna enitdad del país, de rezonificación sólo para el magisterio, o de determinados municipios de una entidad, porque al incrementar el sobresueldo de esos trabajdores, también se deberá hacer con el de las demás dependencias federales ubicadas en esos lugares. En suma, la rezonificación salarial exigida por los maestros implica, desde luego, que intervengan los gobiernos federal y estatal. Es una responsabilidad compartida.
Por otra parte, el presupuesto para el ramo educativo viene en el presupuesto de egresos de la federación. Los estados reciben lo que les corresponde, como ocurre de manera similar con el sector salud.
Los gobiernos estatales administran, pero la normatividad y la asignación de los recursos sigue siendo responsabilidad del gobierno federal.
Pero en varias ocasiones, el vocero de Fox, Rubén Aguilar, dijo que el gobierno federal nada tenía que ver en ese asunto, que era total y absolutamente de carácter estatal. Lo cual es, además de falso, una completa burrada.
Por otra parte, según se ha manejado en la prensa defeña, el coordinador de los senadores panistas, el muy hombrecito Santiago Creel, tiene como uno de sus objetivos prioritarios en su agenda, darle cran, romperle el queso, tronarle los huesitos o separar del cargo -como usted quiera decirlo- a Ulises Ruiz.
Todo esto ha sido el signo del gobierno de Martha Fox, digo, perdón, de Vicente Fox. No ha habido ejercicio del poder. Un ejercicio real del poder. Por el contrario, hemos tenido una presidencia cuyo signo distintivo ha sido la acracia.
Es cierto, su triunfo mayor es entregarle la presidencia a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Ese es su mayor mérito. No su único, pero sí su mayor mérito.
Pero el estercolero que dejó tras sí hace que apeste la entrega al presidente electo.
El Peje perdió la batalla que lo tiene en el zócalo y en la Convención Democrática Nacional. Pero después del dos de julio, pese a la intensa campaña mediática del gobierno panista en su contra , el Peje ha ganado todas las batallas.
No ha habido capacidad de respuesta y no creo que la haya.
La ACRACIA, así, con mayúsculas, ha sido el distintivo del gobierno de Fox.
Nunca ha funcionado el área de inteligencia estratégica del presidente. Parece como si no existiera o, peor aún, como si actuara en sentido contrario a lo que le recomendaran.
Porque a pocos puede parecerles creíble lo que hace y dice el presidente. Me consta que en el Area de seguridad Nacional hay personas con sobrada experiencia para el manejo de conflictos como los habidos en el gobierno de Fox, pero, o mejor dicho, a pesar de ello, hemos visto como las decisiones presidenciales han sido las peores, tomadas en los peores momentos y con las mayores consecuencias negativas.
No ha habido una sola crisis que el mandatario haya manejado de manera exitosa. No la ha habido.
Vivimos bajo la la ley de la selva. En este país, en este momento, la gente hace lo que quiere, a la hora que quiere, como quiere y donde quiere y hasta contra o con quien quiere.
El narcotráfico se ha apoderado de nuestro país y esto no es sólo una figura retórica sino, desgraciadamente, lo que vivimos todos los días. ¿Cuál estado quieren de ejemplo?: ¿Morelos? ¿Michoacán? ¿Nuevo León? ¿Tamaulipas? ¿Sinaloa? ¿Baja California?
Para cualquier lugar donde usted voltee, puede encontrarse con el duro rostro del narcotráfico y sus consecuencias. Eso es una lacerante realidad.
El caso de Oaxaca es algo especial. Inició como un asunto de rezonificación. Pero ésta es una responsabilidad no sólo del gobierno estatal, sino, principalmente, del gobierno federal. La rezonificación es un proceso pendiente en el país, que ha avanzado de diferente manera en cada entidad, según las estrategias que las dirigencias sindicales en turno han seguido para lograrla o, en su defecto, acercarse a ella.
Pero debemos entender que, en principio, no puede hablarse en ninguna enitdad del país, de rezonificación sólo para el magisterio, o de determinados municipios de una entidad, porque al incrementar el sobresueldo de esos trabajdores, también se deberá hacer con el de las demás dependencias federales ubicadas en esos lugares. En suma, la rezonificación salarial exigida por los maestros implica, desde luego, que intervengan los gobiernos federal y estatal. Es una responsabilidad compartida.
Por otra parte, el presupuesto para el ramo educativo viene en el presupuesto de egresos de la federación. Los estados reciben lo que les corresponde, como ocurre de manera similar con el sector salud.
Los gobiernos estatales administran, pero la normatividad y la asignación de los recursos sigue siendo responsabilidad del gobierno federal.
Pero en varias ocasiones, el vocero de Fox, Rubén Aguilar, dijo que el gobierno federal nada tenía que ver en ese asunto, que era total y absolutamente de carácter estatal. Lo cual es, además de falso, una completa burrada.
Por otra parte, según se ha manejado en la prensa defeña, el coordinador de los senadores panistas, el muy hombrecito Santiago Creel, tiene como uno de sus objetivos prioritarios en su agenda, darle cran, romperle el queso, tronarle los huesitos o separar del cargo -como usted quiera decirlo- a Ulises Ruiz.
Todo esto ha sido el signo del gobierno de Martha Fox, digo, perdón, de Vicente Fox. No ha habido ejercicio del poder. Un ejercicio real del poder. Por el contrario, hemos tenido una presidencia cuyo signo distintivo ha sido la acracia.
Es cierto, su triunfo mayor es entregarle la presidencia a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Ese es su mayor mérito. No su único, pero sí su mayor mérito.
Pero el estercolero que dejó tras sí hace que apeste la entrega al presidente electo.
El Peje perdió la batalla que lo tiene en el zócalo y en la Convención Democrática Nacional. Pero después del dos de julio, pese a la intensa campaña mediática del gobierno panista en su contra , el Peje ha ganado todas las batallas.
No ha habido capacidad de respuesta y no creo que la haya.
La ACRACIA, así, con mayúsculas, ha sido el distintivo del gobierno de Fox.
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