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jueves, julio 24, 2008

Periodismo y debate, ejercicio ético




Una obligación de todo articulista, columnista o colaborador en las páginas editoriales de un periódico, es articular sus ideas acerca  de un tema determinado, de la manera más clara posible. Por supuesto, esas opiniones escritas responden a la formación profesional y a las experiencias vitales de quien escribe.
Un colaborador de las páginas editoriales de cualquier medio no puede desligarse de sus convicciones ideológicas, políticas o de sus creencias religiosas a la hora de expresar sus opiniones. Tampoco puede dejar de lado los compromisos que tiene con grupos de presión o partidos políticos. Su opinión conlleva todo ello. Es un hecho comprobado y comprobable.
Pero a nadie se le pide que sea puro, o santo, para aceptar sus opiniones como buenas o válidas en cierto contexto o circunstancia. Sin embargo, la verdad es que en muchas ocasiones, lejos de analizar la verdad o falsedad de lo dicho por tal o cual articulista acerca de un tema determinado, se busca condenarlo y se le juzga por ser quien es y no por la veracidad o falsedad de sus argumentos.
Así, los críticos del sistema son juzgados por sus propios compañeros de tarea, que no de gremio, más por escribir en otros medios, por ser “enemigos” del patrón en turno. Antes, ahora y después, ha habido y habrá periodistas incómodos, así sin comillas. Periodistas que escriben o tratan los asuntos que molestan o erizan la piel de los gobernantes en turno. Más allá del estilo, más allá del adjetivero, tan usado por algunos columnistas en sustitución del argumento sólido de sus escritos, subyace lo que realmente se dice o se quiere decir. Eso es lo que debe ser juzgado, criticado y respondido. Nada más, pero nada menos, tampoco.
Pero hay quienes han hecho del halago una cultura y del chayote un medio de vida. Me consta. Sé quiénes han recibido, sé  cuánto y en qué circunstancias han recibido, en efectivo y en los famosos sobres-bolsa, las cantidades que los hacen ser “suavecitos” con quien les unta la mano y duros con sus rivales. Conozco muy bien su juego, por eso no me sorprenden sus actitudes y sus acciones. Son normales, como serán normales sus actitudes y acciones en el futuro inmediato.
Pero una de los obligaciones fundamentales de cualquier colaborador regular de un diario, es dejar bien clara su capacidad para debatir sobre un tema determinado y lo considero así, porque el debate es uno de los mejores instrumentos que tenemos para construir democráticamente el México que todos queremos. Así, es, no hay duda.
No le demos vueltas: en esencia, democracia es opinión. Sin ésta no hay la primera. Y la opinión toma su fuerza, se tensa y se pone a prueba, en el debate capaz de encender a la sociedad. También lo hace en la confrontación de las ideas a la luz del sol, con viveza, sin temor. El debate es el conducto para que circule la verdad, a la que tantos temen tanto. Es el método del entendimiento. Es el cauce de la inteligencia. Es el foro para que en él -y jamás en soledad- se resuelvan los graves problemas de una comunidad determinada.
Debate es, por supuesto, un diálogo eficaz. En él se enfrentan y se concilian los intereses y las intenciones. El debate es, no puede ni debe ser, una sucesión de monólogos, que van cayendo, uno a uno, primero en el vacío y luego en el silencio. El debate no es la expresión de un coro que acompaña -sólo acompaña- el tono mayor de alguna voz. Quienes cantan a coro, no debaten: secundan. Quien domina todas las voces, tampoco debate: resuelve.
En la democracia, de la que el debate es un instrumento formidable -y algo más: indispensable-, la decisión se adopta tras el juego de las opiniones, no antes, ni por encima, ni a su pesar. En la democracia no hay, no debe haberla,  “línea” que valga.
Pocas circunstancias tan propicias habría para ponderar las virtudes políticas y morales del debate como la exaltación de la libertad de prensa. Esta, la prensa, es un foro natural de la deliberación. No el único, pero sí uno entre los más genuinos.
Por eso, todos estamos obligados a respetar las voces que concurren al debate, debemos oírlas, animarlas y atenderlas. Este género de controversias previene contra las otras formas de mostrar la discrepancia, tan resbaladizas: las que comienzan en el disenso y terminan en el conflicto; las que usan la amargura en vez de la esperanza; las que emplean la violencia en vez de la razón. Si no queremos esto -y no lo queremos, porque arriesga todo y a todos nos pone en riesgo-, hay que admitir aquéllo.
El debate nos servirá para precisar si el rumbo que llevamos como sociedad, como gobierno es el correcto o si debemos modificarlo. Tal vez habrá necesidad de moderar o matizar. Quizás será preciso rectificar. Moderar, matizar, rectificar antes de que la gota desborde el vaso. El debate es la herramienta que debemos usar, pero, debemos recordarlo: todas las voces deben ser oídas, atendidas y analizados sus argumentos. No podemos seguir callados, no debemos seguir callados. Usemos nuestra libertad
Hablemos, pues, de lo que hay que hacer y de lo que no hay que hacer, porque debemos respetar y defender la diversidad de voces y de criterios, aun cuando no necesariamente coincidamos con algunos de ellos
Nada más recordemos un hecho: La sociedad oye y mira. Oye, mira y aguarda.
Finalmente, creo que es  el tiempo de la tolerancia, pero no una tolerancia que desdeña al otro o lo padece, sino una que lo escucha y lo acepta.
Una tolerancia que honradamente camina con quien honradamente difiere, y no sin él, ni en contra suya.
Una tolerancia que no mira en el discrepante a un enemigo. Una tolerancia que advierte la inmensa riqueza moral de la pluralidad.
Una tolerancia dispuesta a defender, pero también a conceder.
Una tolerancia que escribe la historia con las palabras de todos y no con las de uno solo.
Mientras exista esta forma de tolerancia, habrá luz.
TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Mi fuente puede negar haberme informado acerca de quiénes realmente encabezan las preferencias electorales en el PAN. Es su derecho y su privilegio. Lo entiendo, lo respeto y lo acepto, pero quien falta a la verdad es él y no yo. El tiempo, como casi siempre ocurre, me dará la razón.
2. “Como se maneja al Mundo y se lo lleva a una guerra? Los Diplomáticos mienten a los periodistas y creen en sus mentiras cuando las ven impresas”. Karl Kraus
3. “No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí. No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco” Walt Whitman


jueves, julio 17, 2008

No hay Desmentido, Porque No Hubo Mentira

El viernes de la semana pasada, Diario de Colima publicó una nota informativa en la página dos, “cabeceada” de esta manera: “Desmiente Pedro Peralta a columnista Miguel Acosta”. El único sumario de la nota decía: “Niega que haya hecho encuestas para conocer el posicionamiento de Virgilio Mendoza”.

El primer párrafo de la nota, firmada por el reportero Juan Carlos Flores Carrillo, decía así: “El diputado panista Pedro Peralta Rivas desmintió al colaborador del DIARIO DE COLIMA, Miguel Acosta Vargas, quien en su columna de ayer afirmó que el legislador había realizado estudios para conocer el posicionamiento electoral del alcalde de Manzanillo, Virgilio Mendoza.”.

El siguiente párrafo precisaba: “Acosta Vargas escribió: “este asesor del dirigente estatal habría dicho que Nabor Ochoa no representa nada fuera del PAN, lo cual es una mentira enorme y lo prueban dos estudios demoscópicos mandados hacer por los propios panistas: la encuesta hecha por el comité nacional panista y la del legislador local Pedro Peralta. Los resultados de ambos estudios muestran un mismo hecho: Virgilio Mendoza no encabeza las preferencias electorales del PAN, ni siquiera en Manzanillo, al quedar ubicado en tercer lugar en dichos estudios.”.

Puedo asegurar lo siguiente: en ninguna parte del texto citado atribuí a Pedro Peralta haber mandado levantar una encuesta para conocer el posicionamiento de Virgilio Mendoza, porque dicho de esa manera habría sido un absurdo. Ningún aspirante, y Pedro Peralta es sólo eso: un aspirante más a la candidatura, mandaría hacer una encuesta para saber cómo anda uno de sus siete contrincantes. Sería una tontería, por decir lo menos.

Sin embargo, un estudio demoscópico permite conocer muchas cosas, entre otras, cómo andan sus competidores y éste fue el caso. Lo interesante de los estudios levantados fue saber quiénes son los mejores ubicados y como, en ambas encuestas, Virgilio Mendoza Amezcua resultó no ser el panista mejor posicionado en ese momento, ni siquiera en Manzanillo, donde ocupó el tercer lugar, detrás de Martha Sosa y Nabor Ochoa, y mucho menos en todo el estado, donde su presencia, relativamente, es aún baja.

Así pues, no hay tal desmentido, y no lo hay por estas razones: la primera, porque no dije ninguna mentira y por ello, no puedo ser desmentido por nadie, acerca de nada. Dije y idgo lo siguiente: fueron levantadas dos encuestas y en ambas, Virgilio Mendoza ocupó el tercer lugar, tanto en su municipio, como en todo el estado. Tampoco fui desmentido, porque el diputado Pedro Peralta no negó haber mandado hacer una encuesta, sólo dijo la verdad: no la mandaría hacer para conocer el posicionamiento de Virgilio Mendoza, sino, en todo caso, el propio. Y tiene razón, porque eso hizo. Pero una encuesta permite conocer eso y más, dependiendo del cuestionario aplicado. Finalmente, no atribuí al el comité estatal del PAN haber realizado ningún estudio.

Ahora bien, la información respecto de las encuestas levantadas por Peralta y el comité nacional panista, me la dio uno de los propios aspirantes manzanillenses y lo reconozco: generalmente, mis fuentes dicen la verdad.

Los panistas lo saben bien, Virgilio Mendoza el primero de ellos: en estos momentos, quien encabeza las preferencias electorales en su partido son Martha Sosa y Nabor Ochoa. No le demos vuelta, por eso está tan enredado el asunto del diputado federal porteño.

Ahora bien, los conflictos se le acumulan al alcalde de Manzanillo: ahora son los apoyos para vivienda y con ello se entretendrá un rato más. Al parecer, sus colaboradores hicieran todo lo posible por entramparlo, por crearle conflictos de una y otra naturaleza y lo lograron. ¡Bien hecho, señoras y señores! ¡Ahí la llevan! ¡Están a punto de lograr su objetivo: la descalificación de su jefe, Virgilio Mendoza, de la carrera por la candidatura!

Ahora bien, los panistas no quieren a Martha Sosa como candidata, aunque en estos momentos sea la mejor posicionada, porque de algo están seguros: e su candidatura contribuiría a unificar a los priístas y reduciría el número de votos en su favor.

Asimismo, el factor Nabor Ochoa reduciría las probabilidades de triunfo de los panistas y, sobre todo, en el caso de ser inhabilitado Virgilio Mendoza, sería el peor de los mensajes posibles: los aspirantes a cargos de elección popular por el PAN serían personas con una característica común: haber violado la ley y haber cometido delitos en sus responsabilidades públicas.

Desde mi punto de vista, éste sería el peor de los mensajes posibles: nominar a personas inhabilitadas para el desempeño en cargos públicos por su enorme capacidad para violentar las disposiciones legales vigentes en la administración pública. Tal sería el caso si Martha Sosa y Virgilio Mendoza fueren los candidatos a gobernador y diputado federal por el segundo distrito, respectivamente.

Así, Pedro Peralta no me desmintió, reitero, por una razón fundamental: no mentí en nada de lo escrito en mi colaboración del 10 de julio en estas páginas. Pude haber dicho cosas falsas, pero no mentiras. Es decir, pude haberme equivocado en alguno de los juicios hechos, pero no dije falsedades de manera deliberada y eso es mentir. No pueden haberme desmentido si no hay mentiras previas. Sólo se puede desmentir a quien dice mentiras.

Finalmente, si mi fuente me mintió, o me dijo falsedades acerca de los tres hechos aquí mencionados, a saber: el comité nacional del PAN y Pedro Peralta Rivas mandaron hacer encuestas y en ambas, Virgilio Mendoza ocupó la tercera posición, y, tercera: Virgilio Mendoza no es el mejor posicionado de los panistas, ni siquiera en Manzanillo, reitero, si mi fuente me mintió o dijo falsedades respecto de estos tres hechos, asumo las consecuencias por haber publicado la versión de mi fuente, tal cual me la contó.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN

1. El desempeño en la función pública siempre es complicado, difícil de quedar bien con todos, más cuando el cargo conlleva la obligación de atender a usuarios con problemas añejos debido a lo engorroso de los trámites o a la dificultad para ser atendidos de manera efectiva.

En la delegación del ISSSTE, lo he corroborado, ha perneado ya la voluntad de hacer cada vez mejor su trabajo. Los colaboradores del delegado tratan de resolver los problemas surgidos en la acción cotidiana. Sin embargo, mucho deben modificarse los actuales procedimientos de esa institución, porque mientras no se haga así, por más esfuerzos realizados por los funcionarios y trabajadores del ISSSTE, los problemas y broncas persistirán.

Por desgracia, la voluntad, la buena disposición, el ánimo y los deseos de resolver problemas no bastan, cuando el asunto dueño el sueño burocrático en el nivel central.

2. Deseo a los hermanos e hijos de la señora Adriana Sánchez de la Madrid, encontrar pronto la resignación necesaria ante su lamentable pérdida.

3. Prefiero molestar con la verdad y no complacer con adulaciones. Séneca

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jueves, julio 03, 2008

PAN, ¿Atrapado Sin Salida?

Yadira Lara confirmó lo asentado en este mismo espacio la semana pasada, en el sentido de que su decisión de abandonar el partido Acción Nacional era la respuesta a la sanción que le habrían impuesto por sus “actos desleales”. Aun cuando ella cargó el peso de la responsabilidad de su decisión de abandonar al PAN a la actitud asumida por el dirigente estatal Fernando Antero, la realidad es que el golpe real fue dirigido a Toñito Morales de la peña, a quien catalogó, en otras palabras, como el causante real de los problemas del PAN en Colima.
Es cierto, hay serios problemas en ese partido en nuestra entidad. Lo que ha pasado en Manzanillo es muy evidente: hay una guerra abierta, declarada, para acabar con Nabor Ochoa López y sus partidarios al interior del PAN. La ha habido prácticamente desde el inicio de este trienio. Basta recordar que la denuncia sobre irregularidades en CAPDAM fue lanzada por Gabriela Sevilla del Río, diputada local ligada a la senadora panista Martha Sosa de Rodríguez García.
Desconozco si esto vaya a beneficiar al propio Acción Nacional o a alguno de sus actores políticos, pero lo evidente es que se ha causado una enorme fractura justo donde se afirmaba que Acción Nacional tenía, tiene, su más grande fortaleza: Manzanillo.
Hay quienes afirman que Nabor Ochoa López tendría muy poco valor político fuera del PAN, porque la gente rechazaría a alguien que en menos de seis años habr{ia cambiado de partido dos veces. No sé si eso corresponda a la verdad, habría que hacer un estudio para tener una respuesta aproximada, pero lo que sé es que Nabor Ochoa tiene una gran presencia política en ese municipio, que rebasa el contacto, aprecio y apoyo de la clase política de ese municipio, sino que va más allá y ha perneado ya entre la sociedad porteña, donde ha construido una gran base de movilización y lanzamiento.
Es cierto que una vez fuera del PAN, las probabilidades de Nabor Ochoa de ganar la gubernatura serían prácticamente nulas y apenas podría servir para generarle un hoyo a Acción Nacional, pero no le ajustaría siquiera para ser un tercero en discordia.
Asimismo, las probabilidades de que el PRI lo haga su candidato a la gubernatura, serían menores aún que las que el propio Nabor tiene de ser el candidato del PAN a ese mismo cargo.
Ahora bien, el asunto se complica más porque Nabor Ochoa no es hombre que se quede con las piedras guardadas. Ha recibido muchos golpes bajos, sucios, arteros, según dicen sus partidarios, como para quedarse tranquilo después de la paliza que le han dado.
Evidentemente, la primera acción de Nabor será la permanecer en el PAN y el de tratar de salir ganador de esta batalla que se lleva a cabo actualmente.
Aún le queda la instancia del comité nacional y éste no le ha notificado, todavía, que se haya iniciado o concluido algún proceso en su contra. Tal vez porque no es un miembro activo, sino “apenas” adherente, no tiene derechos, es decir, puede ser expulsado del PAN sin que sea llamado a juicio ni sea notificado, es decir, simplemente se le borra del padrón de adherentes, se le da de baja y punto. No sé si esto último sea totalmente cierto, como me lo comentó un panista que se precia de conocer al dedillo los vericuetos de los estatutos y las normas que rigen la vida institucional de los panistas.
En el círculo de panistas que forman parte del grupo de Toñito Morales, se considera que toda esta guerra ha servido para fortalecer a Martha Sosa y consideran que Virgilio tendría probabilidades de ser el candidato a la gubernatura siempre y cuando libre el problema de la cuenta pública que tanto alboroto ha causado.
Pero también han tomado en cuenta que la guerra intestina ha causado, podría causar aún más, daños colaterales al “cabildo azul”, porque los ha dejado en una posición muy comprometida al tener sólo seis votos y depender del regidor Alfredo Woodward Rojas, quien, a pesar de que llegó por el PRD, suele votar por donde se le pega la gana, generalmente por el lado del PAN, según acusa la dirigente municipal del PRD.
De esta manera, alineados los cuatro regidores priístas y los dos panistas partidarios de Nabor Ochoa, podrían impedir que el alcalde obtuviera la licencia para separarse del cargo y competir por cualquiera de las candidaturas posibles: gubernatura, diputado federal o diputado local. Para todas se requiere estar separado del cargo y el alcalde no tendría los votos suficientes para que su solicitud fuera aprobada, porque no podría votar por sí mismo y no lograría sino “apenas”, un triste empate, que, como en el póquer, de nada sirve, porque ya se sabe: quien empata, pierde.
Esta es la mayor arma que tendrían los naboristas al interior del cabildo y no es, precisamente, un arma menospreciable. Esa amenaza pende sobre el alcalde Virgilio Mendoza y éste sabe que los priístas y panistas laboristas la usarían con muchísimo gusto.
Ahora bien, la pregunta es obligada: ¿los priístas ganan con este desgarriate del PAN? La respuesta es lógica, evidente: sí, y podrían ganar aún más, si el conflicto se prolonga permanece, por lo menos, durante cinco meses y si hay un rompimiento definitivo de Nabor Ochoa y sus partidarios, con el PAN.
Como los propios panistas de hueso colorado dicen: el peor escenario es que Martha Sosa sea candidata a gobernadora, porque sería una lucha de duros contra los más duros y la sociedad colimense sería la gran perdedora.
Así que lo mejor, desde mi punto de vista, está por venir. Por lo pronto, los panistas afilan sus dagas, verduguillos y demás armas propias de su género, para prepararse para la madre todas las guerras: “la tuconeada”, es decir, la puesta en marcha del operativo TUCON: Todos Unidos Contra Nabor.

TRES COMENTARIOS AL MARGEN
1. Leí lo escrito por Sergio Briceño, ayer, en su columna Dársena en estas mismas páginas. La inició con lo siguiente: “HAY quienes consideran, como Miguel Acosta, que el término “pérdida de confianza” no implica gravedad en sí mismo.” Pero lo que escribí la semana anterior fue, exactamente: “Haberle “perdido la confianza”, sin explicar las razones, objetivas o subjetivas, de dicha pérdida, no parece ser causa suficiente para haberlo cesado.”
Por supuesto, todo ello fue en función de la remoción de Mario Morán como oficial mayor del ayuntamiento de Manzanillo. Por desgracia, el alcalde no dio las razones del por qué de su decisión. Los regidores le solicitaron una y otra vez que explicara a qué se refería cuando hablaba de “Haberle “perdido la confianza” y le preguntaron, incluso, si ello significaba que había habido falta de probidad y Amezcua Mendoza dijo que no e insistió en que sólo había “pérdida de confianza”.
Las sanciones que fueron propuestas por la Contaduría Mayor fueron relacionadas, precisamente, con la adquisición de las patrullas, de los 108 vehículos destinados al área de seguridad pública, acto en el que se violentaron las disposiciones que regulan esos procesos.
Ojalá el alcalde Vigilio Mendoza hubiera sido tan prolijo y extenso en sus explicaciones acerca de las razones para separar del cargo a su oficial mayor, como lo fue el propio Sergio Briceño. Los regidores que cuestionaron la decisión del alcalde, estoy seguro, la habrían apoyado y no tendríamos ahora el merequetengue de las demandas y contrademandas al respecto.
Por lo demás, estoy de acuerdo con el alcalde: la pérdida de la confianza en un colaborador es razón más que suficiente para separarlo del cargo. Ha ocurrido antes y ocurrirá después de esto. Ese no es el problema, el problema está en que las autoridades de todo nivel están obligadas, sí, obligadas, a explicar clara y ampliamente las razones de su proceder, más aún cuando, como es el caso, el alcalde forma parte de un cuerpo colegiado, que por cierto no tiene facultades para aprobar o desaprobar el cese de funcionarios, en el que todos son iguales y tienen un mismo nominativo: munícipes.
Lástima que Virgilio Mendoza no haya sido, insisto, tan prolijo, extenso y contundente en sus explicaciones para justificar la necesidad de nombrar a un nuevo oficial mayor.
Habría salido ganando. Sin duda.
2. “El poeta sería un tránsfuga odioso de la realidad si en su huida no llevase consigo su desdicha. Al contrario del místico o el sabio, no sabría escapar a sí mismo ni evadirse del centro de su propia obsesión: incluso sus éxtasis son incurables, y signos premonitorios de desastres. Inepto para salvarse, para él todo es posible, salvo su vida” Emile Ciorán
3. “Hacer enfadar a los bribones que no se pueden corregir también tiene una finalidad ética.” Karl Kraus
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